

Pues la ruta que pasaba por Polonia hacia Berlín no era la excepción. Caminos en reparación, otros cerrados con desvíos o simplemente algunos muy angostos donde los camiones trancaban todo el paso nos hicieron ir bastante lento. Iba Rolo al volante y yo descansaba atrás cuando todavía en tierras polacas la camioneta se detuvo al costado de la ruta. Nos bajamos todos y nos trasportamos por un instante a un mundo mágico, paralelo al nuestro, paralelo al de los adultos, al de los aburridos, al de los cálculos matemáticos. Nos bajamos y caminamos entre enanos de jardín, perros, osos, tortugas, elefantes y seres de otro mundo. Nuestros rostros se iluminaron, nuestras sonrisas eran inmensas y nuestras cámaras no dejaban de sacar fotos. De repente, entre toda la multitud de enanos y enanas mis ojos se cruzaron con los de ella. Al principio me dio un poco de pudor, pero después de ver al enano barbudo con cara endemoniada que estaba a su derecha con su pene en su mano intentando mear en un balde, se me fue todo el pudor a la mierda y fui directo a ella. Sus contundentes pechos estaban al aire, sus cachetes gordos colorados acompañaban una hermosa y sensual sonrisa componiendo una pose fatal que me hizo saber que se trataba de amor a primera vista. Mamá, tengo novia!
Quise tomarla y hacerla mía, la elegí, medía como 90cm de alto, pero la Sabandija no me lo consintió ya que obviamente ellos usan mejor el cerebro que yo. Ahí vino mi amigo Rolo y me mostró a otra enana igualita, pero un poco más peticita, de unos cincuenta centímetros de estatura. Fue así que me fundí en un abrazo que enterneció a mis compañeros de camioneta y decidimos llevarla. Hoy, contamos con ella, nuestra octava integrante de la camioneta, Gretel!
Hoy en día la Sabandija tiene ya varios integrantes más, pues además de Gretel nos dimos cuenta de que el Chino es un comprador compulsivo de muñecos los cuales víctimas de su maravilloso ingenio e imaginación pasan a cobrar vida, a hacerse personajes del mundo real dándole un toque de magia y convirtiéndose en un ancla al universo infantil por el cual todos pasamos hace ya tantos años, pero que deja siempre un dejo de nostalgia por volver a creer, volver a convivir con ellos aunque sea por un rato. Pues al día de hoy, Pichi (el león), Vos (el mono), El Sabalero (el reno), Gretel (la enana) y Asito Dopeludo (???) son viajeros de la camioneta, con derechos y deberes como todos los demás.
Los días pasan, las semanas se hacen meses y nosotros seguimos viviendo esta única experiencia con una intensidad inexplicable, indescriptible, pues la única manera de entender de verdad como corre todo esto es viviéndolo. Las dimensiones espacio-tiempo cambian radicalmente su concepto con respecto a aquel que uno creía el único posible en su vida cotidiana. Es común caer a tierra de lo errados que estamos con nuestros cálculos de los días y las semanas con sucesos triviales sin importancia, como por ejemplo cuando pensás en cuándo fue la última vez que te cortaste el pelo, te afeitaste, sacaste plata, hablaste con tu familia, mandaste una crónica o aún peor: cuándo estuviste en tal o cual ciudad. Ahí es donde te cae la ficha de lo equivocado que estabas cuando pensabas que te habías afeitado hacía como dos meses y en realidad se trataba de una semana. Ya lo expuse antes, pero realmente el ritmo al que vivimos este viaje va más allá de la imaginación y es más concentrado que el jugo Caribeño.
Estaba tirado en un sillón en algún lado ordenando algunas fotos cuando por error fui a parar al álbum de Japón y me crucé de aquellas fotos sacadas en aquel inolvidable mano a mano con el Rolo. Allí estábamos, en el jardín imperial de Kioto, entre las piedras, el jardín japonés, los circuitos de agua, la paz eterna, el almuerzo en el jardín comiendo una especie de Tofu con vegetales en agua acompañado de arroz. Un golpe de nostalgia me noqueó y por dentro pensé en el tiempo que había transcurrido desde entonces hasta ahora, y sin darme cuenta mis cuentas se fueron a unos siete u ocho meses. De repente veo un mensaje de Laurita en Facebook que me felicita por el cumple mes… Feliz Cinco meses de viaje! Cinco meses? Nada más que cinco meses? Pará, entonces lo de Japón fue hace menos de cuatro!!! Nooooo… es increíble! Cinco meses viajando, y si me preguntas, tengo tantos recuerdos, tantas anécdotas, tantas fotos en la computadora y tantísimas otras en la retina, tantos olores, colores, gustos, sonrisas, carcajadas, llantos, abrazos, caminatas solito por alguna calle de algún lado del mundo… Tantas veces de verle la cara a la vieja cuando te ve en Skype y ves cómo se le llenan los ojos de lágrimas, estar tomando una en un bar de algún rincón del universo tan lejano de tu paisito y desear estar con el DT, el Cabeza, Perujo, Jaimito, el cuñado borracho, tomarse un vinito con el viejo… todo eso en cinco meses? Créanme, es imposible, no se puede razonar a menos que nos acordemos de Albertito y su teoría de la relatividad. Esto no para…sigue y sigue…sigue sin parar!
PD: adjunto va Gretel
Salud Ali.
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