En todos hay un escritor. Por más escondido que este se encuentre. Algunas veces se manifiesta y quiere ser la voz de muchas voces y la de uno mismo. Ser testigo y narrador de nuestra historia, amigo y enemigo de nuestros miedos y alegrías, tratar a la realidad como una igual, subyugar lo indomable y liberar lo oprimido. Combatir la intolerancia en una guerra sin cuartel a palabra suelta. Desafiar a nuestra propia inteligencia y re-definir las reglas en las cuales se basa nuestra ya tan reestructurada sociedad. Pero lo más importante sea, tal vez, la indescriptible sensación que nos produce, el dibujar con nuestras palabras en la imaginación de otros.

Bienvenidos.

C.A.

viernes, 25 de noviembre de 2011

El sueño dentro del sueño

Imagínese usted estimado lector, siendo un ratoncito, de esos blanquitos, simpaticones, esos que siempre aparecen en las películas. Intente recrear la siguiente situación en su mente. Alguien, una mano enorme, lo sujeta del buso, lo levanta y lo deposita en una especie de caja. Desorientado, usted comienza a caminar hacia alguna dirección X. Camina, la calle es angosta y oscura, es que la luz no llega hasta ahí abajo donde está usted por la misma razón del escaso ancho de la calle, a ambos lados se levantan muros que van hasta los nueve o diez metros. Usted camina, pero está a gusto, se siente raro pero le gusta el laberinto. No sabe lo que busca, seguramente no es un trozo de queso, pero usted camina y la calle lo va haciendo doblar aunque usted no quiera y de repente… opa, se terminó la calle y hay dos caminos: izquierda o derecha. Mmm… que indecisión… derecha! Toma el camino hacia la derecha, camina, camina unos metros, ve los muros que son cada vez más estrechos y cuando mira hacia arriba ve unos hermosos balcones de los cuales cuelgan flores de todos colores que seguramente salen de unas macetas que usted no llega a ver por el abundante follaje de las ramas de las flores. Usted camina hasta que dobla a la derecha y repentinamente se da cuenta que si sigue caminando se cae al agua! Sí, el borde de esa calle es el agua que está ahí. Se queda quietito sin saber qué hacer y ve como en cuestión de segundos le pasa por delante una góndola! Vuelve unos metros y toma hacia la izquierda, sale a otra callecita y al cruzar el puente usted piensa que encontró el camino correcto. NO! Se equivoca, siga paseando y deje de intentar tomar el camino correcto y adáptese al que le impone el recorrido. Y… es que en esas calles, es muy difícil que todo salga como usted lo planeó.
 
Justamente, no todo sale exactamente como se planeó. Digamos que estuve intentando “preparar” el viaje desde bastante antes del 21 de Abril que fue cuando efectivamente comenzó. Leyendo un poco de acá, un poco de allá, intentando interiorizarse mínimamente en los lugares a visitar, más allá de las obras de arquitectura que hay. Debo confesar que la preparación no fue suficiente, pues el tiempo tampoco lo fue. El último año especialmente fue bastante alocado, mucho laburo, mucha facultad, cuelgues de taller, cobranzas de rifa, cobranzas de rifa, más cobranzas de rifa y las últimas semanas ni que hablar… cervezas de despedida, cervezas de despedida, más cervezas de despedida, reuniones, abrazos, fiestas, abrazos, más abrazos y más cervezas de despedida. El tiempo no abundó, y eso que renuncié al laburo un mes antes de salir! La verdad es que el viaje es muy largo y hay muchas cosas que a uno se le escapan, lo cual sinceramente creo que también es productivo ya que ir con todo leído tampoco tiene mucha gracia. Claro, es patético viajar como lo hacen muchos de nuestros compañeros, simplemente siguiendo a la manada, sin saber dónde estamos, a donde vamos o de dónde venimos. Es increíble pero hay gente adulta que tiene la chance de ser partícipe de esta maravillosa oportunidad y que no encara ni un poquito, que no sabe distinguir entre algunas ciudades y países o que en el viaje se entera que para llegar a Inglaterra hay que traspasar un límite acuático ya que dicha nación está en una isla! No digo este extremo de ignorancia y despreocupación, pero sí está bueno salir un poco a descubrir y sorprenderse, lo cual por suerte sucede muy a menudo.

Llegamos a Zagreb con la intención de hacer un paso por Croacia antes de llegar a la tan ansiada Italia. Lo cierto es que le erramos. Mientras la camioneta de las primas estaba en un pueblito croata sobre la costa, nosotros pasamos una noche y un día en la capital de dicha nación, la cual sinceramente no tiene mucho que ofrecer. Pero al final terminó siendo una escala, una escala para lo que se vendría que sería maravilloso. Tuvimos un paso fugaz por Eslovenia, de esas cosas raras que tiene el viaje, como atravesar un país por un ratito, una cuestión de minutos para pasar a otro. Pues técnicamente estuvimos en Eslovenia, para pasar varias fronteras en un lapso muy corto de tiempo.

La camioneta de los primos andaba. Algunos dormían, otros charlaban entre ellos, yo iba escribiendo mientras aún me reía de la expresión del policía de la aduana cuando en su intento de encontrar estupefacientes en la camioneta cometió el error garrafal de abrir la heladera que contenía unas rodajas de salame de algunos días atrás, provocando claro está el escape de esos gases que con tanto cuidado veníamos encerrando. 

-        Estamos en Italia! – fue el grito de Fede!

-        Nosotros, estamos en Italia??? – fue la respuesta de la masa.

De golpe todas las cabezas se levantan a mirar por la ventana, todos contentos, yo… emocionado. El paisaje es el mismo que diez kilómetros atrás, pero no importa, estamos en Italia. Dejé de escribir la crónica sobre Berlin para seguirla después… Una especie extraña de emoción me corre por dentro, algo que me guardo para mí mismo, pues no tiene sentido explicarlo, es mío, muy mío.

Nuestro primer contacto con la realidad tana fue al llegar a un supermercado. Vamos entrando y veo a un tipo parado frente a la caja. De repente se siente un chiflido fuerte seguido de un terrible grito! Quedo descolocado y enseguida viene la respuesta, también a los gritos, de una de las empleadas del supermercado. Claro, el tipo gritaba porque no había nadie en la caja, y la cajera que se estaba fumando un pucho cerca de la puerta le devolvía el grito. Minutos después ella lo atendía con cara de orto y el pagaba con igual cara. Sí, definitivamente, llegamos a Italia!

Entramos por Trieste donde vimos un atardecer increíble, con un cielo totalmente teñido de anaranjado y un velero en el horizonte. Como no podía ser de otro modo, luego de una caminata por la playa me di el primer baño en el Adriático, sí, el Adriático, el mismo que aparecía en aquellos mapas de los libros de geografía que estudié durante varios años. Se venía, empezaba a asomar la cabecita una ciudad que me partiría la cabeza a mí, la mismísima Venecia.

Y sí, no tiene mucha lógica. Es rarísimo caminar por una ciudad donde sus vereditas son el borde entre una casa vieja y un curso de agua, y que de repente por el costado te pase una góndola con un tipo fornido (motivo de babeo de las chiquilinas) con una remera a rallas blancas y negras y sombrero, cantando alguna canción que le guste a sus clientes. Es como si uno estuviera en un escenario creado para una película, como si se tratara de una suerte de “Truman Show”. Llegué a pensar en más de una ocasión que si seguía un poco más me iba a chocar contra la pared del fondo del estudio de grabación. Sí, estábamos en Venecia, un sueño dentro de otro sueño, el sueño de verla y recorrerla dentro del sueño mayor de este viaje, de esta experiencia personal y de vida incomparable e irreproducible. Es fantástico perderse en su calles, todas desordenadas, donde a cada rato hay que cruzar un puente porque de tu lado se terminó la vereda y así vas pasando de un lado a otro, te metés en un auténtico laberinto!

Se acuerda de aquél laberinto? Bueno, allí estuvimos, y ese lugar se llama Venecia. La ciudad nos dio la cuota justa de cambio de aire que necesitábamos, pues rompió absolutamente todos los esquemas de una ciudad tradicional y nos hizo hacer un viaje a un lugar imaginario, imaginario pero real! Una vez más el agua le dio un color increíble a la ciudad, siendo esta vez mucho más que un límite natural o un borde costero, siendo la protagonista, la moldeadora de la topografía y el trazado urbano. Nos vimos en un lugar de ensueño, con particularidades como el hecho de que las calles se llaman “calle”, en español y no “via”, “strada” o “corso” como las otras ciudades italianas. Además, debido a la dificultad de manejarse con un mapa convencional, se encuentran en las calles carteles de todo tipo y toda índole indicando los destinos más conocidos. En una esquina hay un cartel prolijo, fabricado que dice “Piazza San Marco”, pero a la otra cuadra, el cartel está escrito a mano y dice lo mismo. Tres cuadras más adelante, hay un graffiti en la pared que dice lo mismo, para encontrar a la vuelta de la esquina el mismo mensaje pintado en el suelo, con una flecha!

Me sorprendió muchísimo y le aportó mucho a mi impresión sobre la ciudad, encontrar dos intervenciones de quien se ha convertido en este viaje en uno de mis arquitectos preferidos. Un señorito que siempre me gustó y que es archiconocido en el mundo de la arquitectura, pero ver sus obras de cerca y entrar en contacto con sus edificios de cerca… es justamente uno de los objetivos de este viaje, pasar de la foto a lo tridimensional y en este caso fue fantástico. Fue gracias a Popi que fuimos al Palazzo Grassi. Leí en la guía que dicho edificio había sido renovado por el famoso arquitecto japonés Tadao Ando, pero claro, al verlo desde fuera uno veía el mismo edificio viejo al estilo veneciano. Al entrar… al entrar nos encontramos con una de las joyitas del gran Tadao. No me pregunten como, pero el tipo logró un reciclaje tan pero tan fino y sutil que el edificio se convirtió en algo magnífico. Las salas se mantienen igual que antes, pero Ando se encargó de mejorar las circulaciones y los puntos críticos del edificio, con tal sutileza que a pesar de ser totalmente diferentes en el lenguaje al interior del edificio original van de la mano y crean ciertos ambientes fantásticos. Pero lo mejor estaría por venir. Al entrar al Palazzo Grassi, también teníamos la entrada al museo de Punta Della Dogana, donde nos encontraríamos con algo realmente impresionante. Lo fue para mí que llegué a tener una sobredosis de las maravillas de Ando en Japón, como por ejemplo el Museo de los niños, pero para Popi, quien no fue a Japón fue aún más impresionante creo. De todos modos, una vez más, fue algo totalmente nuevo de Tadao para mí. Se trata de otro reciclaje en un edificio de características muy diferentes donde nuevamente el japonés se comporta con una sensibilidad y una calidad únicas, dignas de él. Prácticamente no le dimos bola a la exposición, sino que nos encargamos de recorrer y disfrutar del edificio, conservado en gran parte en su formato original con un piso nuevo, escaleras nuevas y una caja de servicios nueva, todas de Tadao Ando. Fue, fue, fue… un orgasmo de arquitectura.

Si Venecia fue hermosa, Burano lo fue aún más. Vaporetto de por medio, nos dirijimos con el Negro hacia la isla donde se nos prometía ver aquellas casitas de colores de las postales, y así fue. Para empezar, en el Vaporetto vi a una de las más (sino la más) hermosas mujeres que vi en el viaje. Una tana de unos veinticinco años aproximadamente, sencilla, morocha, de ojos marrones (de esas que me gustan a mi) con un rostro increíble y mejor paro acá porque si no se va todo al carajo. Lo cierto es que le dio más color a una jornada que de por sí fue colorida. Y llegamos a Burano, cerquita de Murano donde se hacen los famosos cristales. Nos encontramos con una isla chiquita, menos turística que la Venecia misma, pudiendo ver a Doña María barriendo la vereda, los niños jugando y un paisaje único, colorido, con los balcones llenos de flores, las fachadas de miles de colores y el agua… siempre ahí.

Sentir hablar italiano fue un elemento más que caracterizó el sacudón que tuvo mi cabecita al llegar a Tanolandia. Cuántos idiomas hemos escuchado hasta ahora? Ya perdí la cuenta. Claro que ya había escuchado el tano en otras partes, pero nunca hablado por la gente local, sino más bien por turistas que sacaban fotos en alguna plaza de Santorioni, en alguna pirámide de Egipto o alguno de los miles de lugares visitados antes. El tema es que ahora estaba hablándolo yo, para hacer el checkin en un camping, comprar una birra Moretti (la del bigochi) o preguntar el destino de un ómnibus. Fue realmente peculiar la sensación que sentí permanentemente en Italia. Me sentí en una tierra que por alguna razón que no logro descifrar parece como si hubiese sido la mía. Por qué empezó este alcahueterío a los tanos? No lo sé!

Me acuerdo de mí mismo de chiquito, en Teherán aprendiéndome los nombres de todos los jugadores de la selección italiana del mundial del 90. Me acuerdo de Lilí pidiéndome que repitiera una y otra vez el nombre de uno de ellos porque le gustaba como yo lo decía.

Pasan unos años y el destino nos lleva a un paisito llamado Uruguay. Justo da la casualidad que vivimos cerca de la Scuola Italiana di Montevideo y yo que por alguna extraña razón soy cada vez más fanático de Italia estoy chocho. Todo sale redondo y termino yendo a la scuola lo cual lo único que logra es meterme cada vez más adentro ese sentimiento hacia el país de la bota. Pasan los años, me siento cada vez más cómodo en Uruguay y tengo mis amigos, los que van a la scuola y ya empiezo a soñar. Me cuentan de un viaje, uno que pasa a ser uno de mis sueños, el que haría al terminar el liceo. Pasan algunos años más, ya hasta sé hablar italiano y sé mucho de su cultura, su historia y su geografía. Se me enfatizó ese sentimiento que tenía hacía el país azzurro, al AC Milan y hacia Paolo Maldini, el mejor jugador, el más grande de todos y el viaje está cada vez más cerca, un viaje por toda Italia con mis amigos, mis compañeros de clase. No dejo de soñar con ese viaje.

Año 2000. La criris asoma y amenaza a muchos en el paisito. A mí me toca y el viaje se cae a pedazos, pues me voy de la scuola.

Año 2011. Estoy recorriendo el mundo, estoy recorriendo Europa en una camioneta. Mi sueño de chico se hace realidad, soy Marco Polo, estoy recorriendo el mundo, el mundo, el mundo… Croacia, Eslovenia… eh? Estoy en… en… eh? Eh? Ya? Fede, me estás hablando en serio? Estamos en Italia, en Italia! Me saco la espina de años atrás y largo un grito por dentro… llegué, llegué!

martes, 8 de noviembre de 2011

Manifiesto sobre la estética.


-       Bueno, qué dice?

-       Cómo va? Todo bien? Tanto tiempo.

-       Todo bien che, lo tuyo? Todo bien?

-       Sí, todo bien por suerte, acá, tirando. La flia?

-       Todos bien por suerte. Vos, el laburo?

-       Y bien, ahí la llevo, al palo como siempre.

-       Que bien.

-       Bueno, saludos por ahí che.

-       Dale, gracias, igualmente. Chau

-       Chau, nos vemos.

Le suena conocido este diálogo? Seguro que sí. Seguramente usted ha sido uno de los interlocutores de esta conversación, sin importar cuál de los dos, pero seguramente en algún momento, caminando por 18, saliendo de trabajar, yendo a la facultad, haciendo algún trámite o simplemente paseando por algún centro comercial de esos que le llamamos “Shopping” (como si en inglés un “Shopping” dejara de ser el gerundio de un verbo para convertirse en un “lugar”) usted estuvo involucrado en este diálogo al encontrarse con un conocido, amigo de esos que no son tan amigos o un simple compañero. Pues déjeme decirle algo, a nosotros, a los viajeros que estamos recorriendo el mundo gracias a las rifas que usted compró (o que va a comprar después de estar convencido de lo fructífero que es esa acción al leer estos escritos), a nosotros nos pasa lo mismo. Es habitual mantener una conversación de unos dos, tres o cinco minutos de duración de este mismo tono con alguno de los doscientos y pico de estudiantes y acompañantes que están viajando. Es normal tener una de estas conversaciones a diario o en muchas ocasiones más de una vez en el mismo día, solo que se producen algunas variantes con respecto a esas que solíamos mantener cuando estábamos en casa.

Pongámosle que los escenarios son un poco más diversos. En vez de cruzarnos en la Plaza Cagancha, Millán y San Martín, Avenida Italia y Zum Felde o Yaguarón 1414, estos encuentros casuales se producen en la estación de metro de Guy Moquet en París, la Ville Savoye de Le Corbusier, La Mezquita Azul de Estambúl, el Times Square de Nueva York o el Puente St Charles de Praga.

Las conversaciones a su vez son de otra temática, pero funcionan exactamente igual que aquellas que manteníamos meses atrás en nuestra querida ciudad. Todas tienen esa cuota exacta de amabilidad y cordialidad mezcladas con una pizca justa de sabor a conversación casual, de encuentro espontáneo que hace entender a ambas partes que por educación y obligación uno debe mantener cierto diálogo por un lapso determinado de tiempo sin demasiada profundización hasta poder rajarse y seguir con lo que se estaba haciendo. Pongámosle que una típica conversación de dos viajeros que se encontraron en Berlín es la siguiente:
 
-       Opa, qué dice?

-       Ah bueno, pero se ve que estamos todos acá (con sonrisa en los labios)

-       Y sí, poco a poco vamos llegando. Cuando llegaron ustedes che?

-       Y, nosotros llegamos ayer. Ustedes?

-       Nosotros llegamos hoy, hace un rato.

-       Ah, mirá que bien. Y donde se están quedando?

-       En un hostel por acá cerca, está bueno y barato, y tiene Wifi (elemento indispensable para estas generaciones de viajeros). Ustedes?

-       Sí, también en un hostel, pero queda un poco más en las afueras.

-       Ahí va!

-       Y cuando se van che?

-       Y… en teoría nos iríamos pasado mañana. Ustedes?

-       No sé, creo que nos quedamos un poco más.

-       Ahí va!

-       Bueno, suerte che.

-       Dale, gracias. Nos vemos en la vuelta.

-       Sí, obvio.

-       Chau

-       Negro, pará que voy! Chau!

Lo bueno fue que por algunos días tuve un descanso de estas conversaciones pedorras, inútiles y banales de compromiso, porque al despedirme de mi camioneta en Berlín, me fui rumbo a Praga como invitado en otra camioneta. Es que la mía, la Sabandija, se dirigía al Oktober Fest al igual que la mayoría de las otras camionetas. Al no estar de acuerdo con el itinerario planteado en el momento que se discutió (allá por Tailandia) yo arreglé con la camioneta de “Los Primos” integrada por Laurita, el Negro, Lu Pereira, Lu Sansón, Fede, Caro, Gonza y Mage para hacer esos trayectos con ellos, hasta Venecia donde volvería a encontrarme con mi familia. Gracias a la fiesta alemana la estadía en Praga fue ideal, viendo turistas de todos lados es cierto, pero sin ver caras de la generación.

Había oído hablar mucho sobre Praga, había leído algunas cosas y sobre todo había visto unas cuántas fotos. Debo confesar que la ciudad no me defraudó. Es difícil evaluar los lugares que visitamos a esta altura, pues es muy complicado no caer en la vulgaridad de comparar inmediatamente cada detalle con alguna ciudad donde eso que estás viendo te haya gustado más. Por ejemplo, los callejones que salen de la plaza central de Praga, son absolutamente hermosos y encantadores, con su carácter y personalidad, pero al ser de una tipología medieval, es fácil hacer el ejercicio subconsciente de buscar en los archivos de la memoria otro lugar similar y compararlo con el que se está viendo, lo cual si no se sabe controlar pasa a ser un error garrafal, un delito, porque no hay necesidad alguna de comparar un lugar con otro para evaluarlo.

La capital checa nos recibió con un tiempo increíble, siguiendo aquel veranillo de San Jurgen por lo que las recorridas diarias se hicieron muy amenas. Tratándose de una ciudad relativamente chica, los pies fueron el medio de transporte más adecuado, que ayudados por el calor y el sol radiante nos permitieron recorrer la ciudad de punta a punta.

Yo diría que Praga tiene varios puntos fuertes. En primer lugar cuenta con un pronunciado relieve que nutre de hermosas vistas a toda la ciudad, permitiéndolo a uno moverse un poco para subir alguna colina para poder tener vistas parciales o totales de toda la ciudad. Esto, que ya de por sí es un gran potencial, se ve acompañado por el serpenteo de un río que inevitablemente le da una fuerza espectacular a la ciudad. Es que si hay una conclusión a la que llegué en este viaje, es que los accidentes geográficos pronunciados, como pueden ser cerros, montañas o acantilados y la presencia del agua en cualquiera de sus modalidades (sea río, cascada, mar abierto, lago) hacen de una ciudad ordinaria, una ciudad digna de ser visitada. Un buen atardecer, un buen reflejo en el agua, vistas privilegiadas, puentes que dan puntos de vista únicos, son algunas de las consecuencias que hacen de estas ciudades lugares maravillosos. Sin querer, me sorprendí de lo de acuerdo que estaba con mi teoría al descubrir que siempre había dicho que para mi los dos lugares más lindos de Montevideo eran la rambla y el Cerro.

Las noches nos hicieron saber que estábamos en la llamada “Europa pobre”, preferentemente llamada “Europa oriental”. Mucho borracho en la calle, planchas, peleas y patrulleros nos hicieron sentir como en casa, como si estuviéramos en Montevideo, mientras que la cantidad de mujeres altas, rubias, despampanantes y cosmopolitas nos bajaron a tierra para saber que definitivamente no estábamos en Montevideo. Es que últimamente, me he dado cuenta de que estamos sacando muchas conclusiones entre todos y la siguiente seguramente me haga acreedor de muchos insultos y mensajes de odio, nutriéndome de enemigos y enemigas que antes no tenía, pero mi espíritu crítico y necesitado de ser expresado no se detiene y me veo obligado a compartir mis pensamientos con ustedes.

Los uruguayos somos un desastre. Sí, así como lo lee. Somos de los más feos y peor vestidos del mundo, sacando del paquete a los chinos, indios y gran parte de los mexicanos obviamente (perdón a los Orcasberro-Tarallo, no me detesten). A ver, mujeres, bellas doncellas que comparten con nosotros día a día vuestros encantos, cuándo se van a dejar de andar de pantalón deportivo, busos inmundos, trapos envueltos en el cuello o polleras hippies cinco talles más grandes que el que les corresponde? Por qué no optar por una pollerita más ajustada y corta? Por qué no cambiar esas medias con dibujos de Tribilín por unas cancán? No les pido una de las que usan las holandesas, pues esas en nuestro pueblito (porque vivimos y pensamos como tal) serían de una “golfeta”, pero al menos unas cancan lisas, medias transparentonas, eh? Cuándo van a cambiar los championes “All star” por un par de zapatos con tacos? Si usarán poco los tacos que cuando se los tienen que poner para un casamiento, a los diez minutos están todas descalzas porque no pueden ni caminar! El taco es afrodisíaco, su dulce “tac-tac-tac-tac” es música para nuestros oídos y créanme, les tonifica las piernas, saca la celulitis y les levanta la cola, está científicamente comprobado! Cuándo las vamos a ver aunque sea con un mínimo de maquillaje en la calle? Está todo bárbaro con que quieran ser naturales, pero les juro que a cara lavada no llegamos a ningún lado! Un poquito de eso que se ponen en las pestañas, apenitas de lápiz labial, un poco de ese polvo para los cachetes…algo, algo, un poquito aunque sea, pero que sea algo! No, no es verdad cuando nos dicen que “esa tiene toda la cara revocada, lavale la cara y vas a ver que es un asco”. Pero tá, por lo menos cuando la veo en la calle me da placer, es estéticamente lindo. No es estético ver las caras lavadas con el pretexto de que son más naturales, no, no!

Si me hacen caso, poco a poco las cosas van a cambiar. Ya no les van a doler las celulíticas pantorrillas al caminar con tacos, de hecho van a aprender a hacerlo, lo cual les va contribuir con más elegancia, otro porte, otra presencia, créanme lo que les digo, hace más de seis meses que mi trabajo es estudiar a las mujeres del mundo!!! Comparada con Europa, la mujer uruguaya no compite, no, no solo no compite, ni siquiera clasifica de las eliminatorias para poder competir!

Es verdad, causa y consecuencia. El hombre uruguayo es un imbécil. No tiene la cultura para poder merecer ver una mujer holandesa en la calle, porque dicha mujer no solo se llevaría cualquier cantidad de disparates y ordinarieces que le gritaría el hombre yorugua, sino que en muchos casos seguramente la pasaría muy mal de verdad. Alguien me decía hace tiempo que los hombres europeos son dormidos, fríos, que no encaran, que los latinos son más cálidos y encaradores. Antes que nada, recordemos al Cuarteto, “no me jodan más, no somos latinos”. Déjenme decirles algo, eso es una falacia. El europeo no es frío, es educado, le tiene respeto a la mujer. Gritarle cualquier estupidez a una mujer en la calle, meterle un manotazo o acosarla como una manada de hienas hambrientas y en celo en un boliche no nos hace más machos, todo lo contrario, crea un ambiente de mierda y logra lo que nos pasa, que por inercia ni se animen a ponerse una pollerita para ir a la facultad, al trabajo, a la calle o adonde sea, porque saben que la van a pasar mal. Y así, terminamos en un ciclo vicioso donde nuestras mujeres, por diversos motivos, por la incapacidad mental de los hombres de dejarlas vivir o por su propio machismo de tratar de atorranta a otra que se vista mínimamente como una mujer y no como un oso gommy, quedan en los últimos puestos de la tabla de posiciones. Claro, hay mujeres de naturaleza más linda que la otra, pero esto aplica para todas. La que es linda, va a quedar despampanante pero la que la tiene que pelear, con actitud y bien arreglada gana batallas y sale adelante.

Ya sé, usted que es mujer y está leyendo me está puteando de arriba abajo, pero hablemos de los hombres. Excesivamente peludos, barbudos, desprolijos, con ropa hecha mierda, el pantalón deportivo, las “cocas” inmundas que se pusieron de moda o vaya a saber uno cuántas cosas más que ustedes me dirán, (no suelo mirar mucho a los hombres, por ende hay detalles que se me pueden escapar) tampoco compiten a nivel mundial. Claro, para ambos sexos aplica algo que es real, lamentablemente el uruguayo no es de razas lindas, duele pero es así. Los tanos, más facheros por naturaleza se fueron más para Buenos Aires, mientras que los españoles (de los más feos de Europa) fueron a parar a Uruguay, pero bueno, de nuevo con lo mismo, si no saliste hermoso, salí a pelarla hermano! Pero déjenme decirles otra cosa. Así como culpo en parte a los hombres por la estética de la mujer uruguaya, me permito culpar a las mujeres por la estética del hombre uruguayo, pues la verdad es que a la mayoría les gustan los peludos “hippies” o “hippie-chetos”, desprolijos, hechos mierda, y la moda, se rige por la demanda.

Y así, pasamos por Praga, siendo puteado en mi caso por mis compañeras ante mis declaraciones, enloqueciéndome con la cantidad y calidad de sus mujeres, la belleza de sus edificios góticos, su río, sus colinas y su “aire” a Montevideo que se profundizaría más tarde en ciudades como Budapest.

Déjenme contarles la última cosita… mis descargos tuvieron su efecto, pues más de una salió a comprar ropita nueva!

viernes, 4 de noviembre de 2011

El Reverendo

Pedro Pietri nació en Ponce, Puerto Rico y solamente tenía tres años cuando sus padres emigraron y se establecieron en el Harlem Hispano, mejor conocido como El Barrio, en la ciudad de Nueva York. Una de sus tías le despertó su afición por la poesía y Pietri escribió sus primeros poemas cuando todavía estaba en escuela superior. Empezó a darse a conocer por su participación en la fundación del Nuyorican Poets Cafe en 1973 y por sus excéntricos recitales en este establecimiento y en otros espacios públicos de la urbe neoyorquina. 
Fue de los primeros escritores del movimiento poético nuyorriqueño en ser elogiado por la crítica desde la publicación de su primer poemario, Puerto Rican Obituary.
Su estilo bastante atípico de experimentación creativa es una parte muy distintiva del estilo literario de Pedro Pietri. En varios de sus poemas reproduce sonidos ortográficamente, reforzando así un sentido de enajenación y del absurdo; éstos contrastan con las inclinaciones sociales y políticas que dominan sus poemas más reconocidos. Poemas tales como “Puerto Rican Obituary” y “A Broken English Dream” son poderosos testimonios sobre las luchas cotidianas de los puertorriqueños por la supervivencia y su capacidad para superar la crudeza del prejuicio racial y la pobreza.
Pietri murió a los 59 años de complicaciones causadas por un inoperable tumor en el estómago, el cual el escritor atribuyó a los efectos del agente químico conocido como “Agent Orange”, usado por Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, en la que Pietri participó. Su experiencia traumatizante en esta guerra fue luego recreada en algunos de sus poemas.



Puerto Rican Obituary


They worked
They were always on time
They were never late
They never spoke back
when they were insulted
They worked
They never took days off
that were not on the calendar
They never went on strike
without permission
They worked
ten days a week
and were only paid for five
They worked
They worked
They worked
and they died
They died broke
They died owing
They died never knowing
what the front entrance
of the first national city bank looks like
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
All died yesterday today
and will die again tomorrow
passing their bill collectors
on to the next of kin
All died
waiting for the garden of eden
to open up again
under a new management
All died
dreaming about america
waking them up in the middle of the night
screaming: Mira Mira
your name is on the winning lottery ticket
for one hundred thousand dollars
All died
hating the grocery stores
that sold them make-believe steak
and bullet-proof rice and beans
All died waiting dreaming and hating
Dead Puerto Ricans
Who never knew they were Puerto Ricans
Who never took a coffee break
from the ten commandments
to KILL KILL KILL
the landlords of their cracked skulls
and communicate with their latino souls
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
From the nervous breakdown streets
where the mice live like millionaires
and the people do not live at all
are dead and were never alive
Juan
died waiting for his number to hit
Miguel
died waiting for the welfare check
to come and go and come again
Milagros
died waiting for her ten children
to grow up and work
so she could quit working
Olga
died waiting for a five dollar raise
Manuel
died waiting for his supervisor to drop dead
so he could get a promotion
Is a long ride
from Spanish Harlem
to long island cemetery
where they were buried
First the train
and then the bus
and the cold cuts for lunch
and the flowers
that will be stolen
when visiting hours are over
Is very expensive
Is very expensive
But they understand
Their parents understood
Is a long non-profit ride
from Spanish Harlem
to long~sland cemetery
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
All died yesterday today
and will die again tomorrow
Dreaming
Dreaming about queens
Clean-cut lily-white neighborhood
Puerto Ricanless scene
Thirty-thousand-dollar home
The first spics on the block
Proud to belong to a community
of gringos who want them lynched
Proud to be a long distance away
from the sacred phrase: Que Pasa
These dreams
These empty dreams
from the make-believe bedrooms
their parents left them
are the after-effects
of television programs
about the ideal
white american family
with black maids
and latino janitors
who are well train
to make everyone
and their bill collectors
laugh at them
and the people they represent
Juan
died dreaming about a new car
Miguel
died dreaming about new anti-poverty programs
Milagros
died dreaming about a trip to Puerto Rico
Olga
died dreaming about real jewelry
Manuel
died dreaming about the irish sweepstakes
They all died
like a hero sandwich dies
in the garment district
at twelve o'clock in the afternoon
social security number to ashes
union dues to dust
They knew
they were born to weep
and keep the morticians employed
as long as they pledge allegiance
to the flag that wants them destroyed
They saw their names listed
in the telephone directory of destruction
They were train to turn
the other cheek by newspapers
that mispelled mispronounced
and misunderstood their names
and celebrated when death came
and stole their final laundry ticket
They were born dead
and they died dead
Is time
to visit sister lopez again
the number one healer
and fortune card dealer
in Spanish Harlem
She can communicate
with your late relatives
for a reasonable fee
Good news is guaranteed
Rise Table Rise Table
death is not dumb and disable
Those who love you want to know
the correct number to play
Let them know this right away
Rise Table Rise Table
death is not dumb and disable
Now that your problems are over
and the world is off your shoulders
help those who you left behind
find financial peace of mind
Rise Table Rise Table
death is not dumb and disable
If the right number we hit
all our problems will split
and we will visit your grave
on every legal holiday
Those who love you want to know
the correct number to play
Let them know this right away
We know your spirit is able
Death is not dumb and disable
RISE TABLE RISE TABLE
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
All died yesterday today
and will die again tomorrow
Hating fighting and stealing
broken windows from each other
Practicing a religion without a roof
The old testament
The new testament
according to the gospel
of the internal revenue
the judge and jury and executioner
protector and eternal bill collector
Secondhand shit for sale
Learn how to say Como Esta Usted
and you will make a fortune
They are dead
They are dead
and will not return from the dead
until they stop neglecting
the art of their dialogue
for broken english lessons
to impress the mister goldsteins
who keep them employed
as lavaplatos porters messenger boys
factory workers maids stock clerks
shipping clerks assistant mailroom
assistant, assisant assistant
to the assistant's assistant
assistant lavaplatos and automatic
artificial smiling doormen
for the lowest wages of the ages
and rages when you demand a raise
because is against the company policy
to promote SPICS SPICS SPICS
Juan
died hating Miguel because Miguel's
used car was in better running condition
than his used car
Miguel
died hating Milagros because Milagros
had a color television set
and he could not afford one yet
Milagros
died hating Olga because Olga
made five dollars more on the same job
Olga
died hating Manuel because Manuel
had hit the numbers more times
than she had hit the numbers
Manuel
died hating all of them
Juan
Miguel
Milagros
and Olga
because they all spoke broken english
more fluently than he did
And now they are together
in the main lobby of the void
Addicted to silence
Off limits to the wind
Confine to worm supremacy
in long island cemetery
This is the groovy hereafter
the protestant collection box
was talking so loud and proud about
Here lies Juan
Here lies Miguel
Here lies Milagros
Here lies Olga
Here lies Manuel
who died yesterday today
and will die again tomorrow
Always broke
Always owing
Never knowing
that they are beautiful people
Never knowing
the geography of their complexion
PUERTO RICO IS A BEAUTIFUL PLACE
PUERTORRIQUENOS ARE A BEAUTIFUL RACE
If only they
had turned off the television
and tune into their own imaginations
If only they
had used the white supremacy bibles
for toilet paper purpose
and make their latino souls
the only religion of their race
If only they
had return to the definition of the sun
after the first mental snowstorm
on the summer of their senses
If only they
had kept their eyes open
at the funeral of their fellow employees
who came to this country to make a fortune
and were buried without underwears
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
will right now be doing their own thing
where beautiful people sing
and dance and work together
where the wind is a stranger
to miserable weather conditions
where you do not need a dictionary
to communicate with your people
Aqui Se Habla Espanol all the time
Aqui you salute your flag first
Aqui there are no dial soap commericals
Aqui everybody smells good
Aqui tv dinners do not have a future
Aqui the men and women admire desire
and never get tired of each other
Aqui Que Paso Power is what's happening
Aqui to be called negrito
means to be called LOVE
Pedro Pietri, Monthy Review Press (1973)