Cuando me quise dar cuenta
estábamos haciendo un guiso sonoro. No solo habíamos mendigado puerta por
puerta a los vecinos para juntar papas, boñatos o lo que pudiera terminar
dentro de una olla, sino que ahora teníamos a un pelotudo – porque no se lo
puede llamar docente – revolviendo la olla y poniendo un micrófono en ella para
que los vecinos pudieran oír el sonido del guiso por un mini parlante, y así
ser partícipes de nuestra “intervención urbana”.
Las épocas cambian, y los
factores que afectan los distintos procesos van moldeando diversas realidades
de estos procesos, pero las cosas que están mal se mantienen a pesar de todo.
Cuando allá por el 2004 uno
empezaba su odisea en la facultad de arquitectura de la Udelar, confiaba en la
facultad, en que lo aprendido en ella sería útil para la formación profesional,
y que a diferencia del liceo – donde uno tenía todo tipo de materias generales
– la facultad lo formaría a uno en lo
que la carrera requería. Punto de vista iluso quizás, pero uno no tenía
experiencia en esto de las universidades, ¿vio? Pero además estaba ese pavor
por los presuntos catorce años que uno pasaría en la academia antes de
graduarse como arquitecto. Ese era entonces el promedio de años que le llevaba
a la gente recibirse de arquitecto.
La realidad en ese entonces
decía que éramos una facultad con un crisol de estudiantes de diversas clases
sociales y económicas. Había gente de poder adquisitivo muy bajo, otros del
otro extremo y muchos otros de un poder adquisitivo medio. Había hippies,
chetos, hippie-chetos, metaleros, ejecutivos de traje, rebeldes, rastas, ex
estudiantes de a Iec, faloperos y todo tipo de estudiantes que uno se pudiera
cruzar. La realidad también marcaba que la mayoría teníamos que laburar para
poder estudiar, pues recién veníamos de una de las crisis más jodidas de las
últimas décadas y la cosa estaba brava. Tan brava que los cupos de las materias
era un fiel reflejo de la situación, pues más de una vez quedó uno libre en
todas las materias, sin poder cursar absolutamente nada por un semestre entero.
Esto último, sumado al ingrediente clave que era laburar ocho o nueve horas al
día, contribuía a la fama bien ganada de carrera eterna que tiene arquitectura.
Por aquellos años la gente
fumaba en clase y a aquellos que no fumábamos nos daban ganas de reventarle la
cabeza contra la pared a todos esos hijos de puta que se cagaban en los
derechos de los que no teníamos ganas de respirar humo, encerrados en un salón
con cincuenta compañeros y docentes, con todas las ventanas cerradas en pleno
invierno. Más de una vez me tuve que ir de clase por no soportar el ataque
constante del fumador que se caga en tus derechos. Pero eso cambió, pues cuando
llegó el jopo al poder mandó el decreto y se terminó la pavada… bue, en parte,
pero al menos ya no se fumó más en clase.
Más allá de estos pequeños
detalles y muchos otros que escapan al alcance de esta insignificante
reflexión, con el pasar de los años quien escribe fue cayendo en la cuenta de
otras “no tan pequeñas” cosas que suceden en nuestra institución académica. Ya
más maduro, y por qué no también más duro por el desgaste provocado por los
años consecutivos de laburo y estudio, las incoherencias internas de la
facultad rompían cada vez más mis ojos. Digamos que fui de los últimos de
facultad en hacer una entrega final de taller a mano, pero incluso yo era
consciente de los drásticos cambios que habían ocurrido en los sistemas de
representación gráfica en la arquitectura en menos de diez años. Mientras los
que dibujamos a mano nos convertíamos en una especie en extinción, nuestro
flamante plan de estudios le dedicaba cuatro semestres enteros, a una materia
llamada “medios y técnicas de expresión”, en criollo: dibujo, dibujo a mano.
Sin embargo no había entonces – ni ahora – un solo minuto del programa
curricular dedicado al diseño digital, dicho sea Autocad y sus complementos.
Para ello, todo estudiante debía y debe invertir miles de pesos en un curso en
alguna institución privada. En estos tiempos, esto es el equivalente a que en
la facultad de ingeniería dieran cursos sobre cómo usar un ábaco de madera – de
esos que teníamos en la escuela –, pero para aprender matemática los
estudiantes tuvieran que pagarse sus cursos privados. Agreguémosle a esto que
el módulo cuatro de Medios y técnicas de expresión terminó siendo una gran
farsa, sin programa donde los futuros arquitectos del país teníamos que
incursionar en métodos de expresión alternativos sobre una temática libre. Nosotros
terminamos haciendo un video con una entrevista cuyo nombre fue “del 6B al 3D”.
A eso le dedicaba su tiempo quien escribe, mientras no podía quedar
reglamentado en otras materias como Construcción y luego de laburar durante
todo el día tenía que bancarse semejante pérdida de tiempo en vez de estar
aprendiendo como levantar un muro de ticholos.
Muchas maquetas se entregaron,
noches y días de frustración fueron forjando una costra de defensa contra la adversidad,
y entre fotocopias en blanco y negro y presentaciones de powerpoint nos fuimos
haciendo arquitectos. La época de bonanza en el país tuvo sus consecuencias en
la facultad, una facultad donde pasó a ser impensable estudiar sin una laptop
propia y sin haber hecho todos los cursos de diseño de la vuelta. De repente en
muchos talleres si no eras un genio del render se te miraba con cara rara. Como
decreto invisible aquellos de menor poder adquisitivo fueron desapareciendo de
las aulas y el estanque se pobló de nuevas generaciones pudientes. Con el
viento de la economía creciente, le fue posible a la gente nueva estudiar y no
trabajar, en definitiva ser un estudiante con todas sus letras, vivir con la
ayuda de papá y mamá y dedicarse a estudiar. Las cátedras empezaron a tener más
dinero, ¡pasamos a tener WC en vez de taza turca y hasta había papel higiénico
en los baños! Una cosa de locos… De repente los pibes pudieron no solamente
quedar reglamentados en alguna materia, ¡sino que empezaron a cursar dos, tres,
cuatro o incluso hasta cinco materias juntas! Lo que antes te podía trancar por
años se empezó a salvar en cuestión de meses, lo cual era excelente. Sin dudas
el contexto nacional aportó en ese sentido a acelerar sensiblemente la
velocidad con la que los nuevos estudiantes avanzaron en sus estudios y
aprendieron a hacer grandes maquetas y hermosos renders, donde rincones oscuros
en la vida real se llenaron de luz por arte de magia, y el pasto creció por
doquier mientras en frente a todo edificio o parque hubo un ciclista
disfrutando de la lluvia. Pero más allá de los detalles y de este progreso en
la mecánica de facultad, lo más destacable fue que aquellos que tenían ganas de
aprovechar la oportunidad tuvieron la chance de hacerlo y avanzar en la carrera
como nunca antes. De repente aquellos que empezamos allá por el 2004 o incluso
antes empezamos a tener compañeros de clase del 2009. De golpe me encontré
haciendo las materias “opcionales” junto a pibes que no sabían quién era Super
Mario o Baraka, y que ni en pedo supieron lo que era dibujar a mano.
Evidentemente yo me había quedado, y ellos habían avanzado muy rápido. Lo increíble
era que estuviéramos ambos compartiendo una materia que no nos aportaría
absolutamente nada para nuestra profesión. Cuando quise darme cuenta estábamos
haciendo un guiso sonoro en una materia opcional. Opcional, pero cuyos créditos
me hacían falta para poder llamarme a mí mismo arquitecto, para poder llamarnos
arquitectos, tanto mis compañeros púber como yo con mis treinta pirulos y mi
panza cervecera. Pero volvamos al guiso sonoro. No solo estaba durmiendo tres
horas por día, cursando otras materias más, laburando y tratando de cumplir con
el mundo, sino que además tenía que concurrir a una materia en la ex cárcel de
Miguelete donde lo más productivo que se hizo en seis meses fue colgar unos
trapos de muro a muro – objetivo literal del curso disfrazado con el título de
“intervención urbana” –, para que se terminaran destrozando al otro día, traer
un docente de Chile y terminar el ciclo de venta magnánima de humo con una
publicación en el diario del taller para figurar como los intelectuales transgresores
del siglo XXI. Fue ahí donde me percaté de la diferencia. Mientras los púber se
sumaban a la movida y se divertían como en un recreo – no laburaban, venían
sacando los render de taquito y a cuatro años de haber entrado a facultad ya
estaban haciendo las opcionales – yo me quería cortar las venas porque tenía
que acudir a la “clase” para no solo no aprender absolutamente nada, sino para
resignar horas que debería haber dedicado a otras materias y todavía yéndome
caliente por llegar tarde al laburo. En ese marco, los docentes tuvieron la
brillante idea del guiso sonoro.
Varias veces floreció el
jacarandá, y las carpas del estanque vieron pasar las estaciones y las
generaciones. El territorio de las carpas siguió siendo testigo del chapuzón
final de carrera de muchos nuevos arquitectos y fantásticos creadores de guisos
sonoros. Muchos cambios tuvieron lugar, de los cuales algunos se mencionaron
aquí. Lo que no cambió en estos once años fue el enfoque de nuestra formación. Mientras
en los talleres tuvimos rienda suelta a nuestra imaginación y aprendimos a
proyectar, mientras nos sumergimos en la historia de nuestra profesión y
cavamos hondo en los misterios conceptuales de los espejos de agua, podemos
decir orgullosos que asistimos a cerca de diez cursos obligatorios donde
aprendimos de todo, menos de arquitectura. Diez cursos que divididos en
semestres significan al menos dos años de carrera. Mientras tanto, nos perdimos
de ir a obra, de pasar de los powerpoint a la chocla, de un dibujo borroso de un encofrado al olor de la tabla de
pino. Materias como “hormigón” – ¿para cualquier simple mortal que no sepa nada
de arquitectura suena algo importante, no? – fueron suprimidas de nuestra
formación para pasar a tener seis opcionales, dentro de las cuales figuran
“arquitectura y comic” o el “Leac” donde se hacen guisos sonoros. Nos pasamos
cuatro semestres aprendiendo a dibujar sombras con lápiz pero tenemos que pagar
miles de pesos para aprender a dibujar lo que le vamos a vender a nuestros
clientes, a crear lo que nos exige el mercado y la factulad. Nos pasamos años
en nuestros salones hablando de teoría pero la primera vez que pisamos una obra
es a seis meses de recibirnos. Salimos capaces de hacer exquisitos render – y
no porque nos lo hayan enseñado en facultad, sino porque nos lo exigieron en la
facultad –, pero no tenemos idea de cómo controlar una impermeabilización de
una cimentación y nos pensamos que los hierros de una viga van a estar iguales
al dibujito 2D que hicimos. Llega un punto en el que nuestra carrera parece más
un elemento más de la burocracia estatal de la cual todos los ciudadanos somos
presas que una carrera profesional.
Aquellos que la sufrimos
laburando y tratando de ser constantes, que nos fumamos materias como economía
o matemática con tres horas de sueño vemos en estos cursos una falta de
respeto, y en la planificación de la carrera una carencia enorme de sentido
común y compromiso. Somos conscientes de que a menos que podamos trabajar de
esclavos en un estudio arquitectónico durante nuestra época de estudiante –
única manera de aprender realmente –, saldremos con un título bajo el brazo,
pero con carencias enormes que van más allá de las dudas normales que puede
tener un recién egresado. En nuestra formación nos es obligatorio cursar las
famosas opcionales, pero nos quedamos con la ñata contra el vidrio cuando se
acaban los míseros cupos de Construcción 1, 2, 3 y 4. Salvamos exámenes
teóricos, pero no pisamos una obra ni por decreto. ¿No sería acaso más lógico
retirar todas las materias incoherentes con nuestra formación y nuestras
necesidades, para sustituirlas por más cupos en aquellas que realmente nos
hacen falta? ¿No podríamos tener cursos presenciales en obra para apoyar los
conocimientos impartidos en clase mediante presentaciones en 2D sobre una
pared? ¿No podríamos acaso ser mano de obra en las cooperativas de vivienda
para no solo ayudar, sino también aprender?
Mientras se nos viene un plan
nuevo – no a aquellos como yo, sino a los que aún no han emprendido este camino
–, yo me pregunto si no sería más inteligente aplicar la idea de un amigo quien
reflexionaba sobre otra carrera que no es la mía, a quien cito a continuación:
“Alguna vez dije como chiste que un buen
negocio hubiera sido: no pagar cuatro años de universidad y haberle pagado yo a
mi empleador durante un año en vez de cobrar sueldo. Entonces yo me ahorraba
cuatro años de cuota, el empleador recibía un sueldo en vez de pagarme y yo
estaba realmente listo en un año, en vez de en cinco.”
Este nuevo plan según se comenta
reduce aún más las horas de las materias relativas a la obra y la construcción.
Si seguimos así en breve vamos a tener arquitectos que serán expertos en
preparar cheese cake de maracuyá, pero no tendrán una puta idea de cómo
controlar un revoque. Y aun así, aquellos que amamos la arquitectura y que nos
negamos a permitir que algún decano de turno o la ineficiencia del centro de
estudiantes decida nuestros destinos, la seguimos luchando, intentando hacer lo
imposible hasta ese día donde esperaremos que llegue la noche, para que
mientras las carpas descansan, nosotros podamos pedirles prestado el estanque
para darnos un chapuzón.
39 comentarios:
no solo en arquitectura te lo aseguro.en derecho tambien tenemos muchas materias al recontra pedo y cero practica y aprendes de verdad si laburas de esclavo como decis vos en un estudio por dos pesos. Gabi
No me queda otra que aplaudirte de pie... Somos varios que nos sentimos identificados con lo que escribís y varios que nos cuestionamos en mas de una ocasión la misma problemática.
Buenos dias. Yo soy estudiante de arquitectura y se podría decir que de las "nuevas" generaciones- 2012 por ejemplo. Si bien es cierto que cuento con el apoyo de mis padres y de poder dedicarme solamente a estudiar, es como dice en texto, así y todo, teniendo las 24 hs al dia para la facultad, no alcanza. No alcanza porque los 4 módulos de medios siguen existiendo y no te aportan en nada como bien se sito anteriormente. Porque tuve que esperar un año entero para poder anotarme en el curso de construcción uno porque no quedaba y porque aun ahora, existimos estudiantes que mágicamente se escapan a ese sorteo de materias y no quedamos a ninguna. Porque es verdad que hay talleres donde el proyecto se vende mediante el render y por mayor excelencia que hayamos llegado en cuanto a nivel de anteproyecto, si el render no tiene ese toque mágico que lo hace parecer sacado de una revista, el anteproyecto parece ser perder sus atributos, los verdaderos y mas importantes atributos: hacer arquitectura- Y porque las academias privadas son una succión constante del bolsillo y donde caemos constantemente si es que podemos abonarlo, porque no solamente te preparan mas rápido sino, que en la mayorida de los casos algunos profesores de academias privadas superan ampliamente la capacidad de docente que tienen muchas cátedras.
Y ademas, estoy cansada de buscar ensayos de hormigones, de aceros en youtube para ver de que se trata, comparto plenamente que seria una cosa maravillosa verlo en una obra.
La tasa turca como se menciona ya no está, pero aun hoy, el papel higiénico sigue faltando.
A veces me pregunto si es que yo no se nada, o si en realidad aun no me lo enseñaron .
excelente ali, realmente muy bueno el articulo, y triste la realidad
impresionante guacho. es increible como podes resumir el pensamiento de tantos de nosotros en pocas lineas de una manera tan ecuanime. magnifico laburo loco. Gaston
Solo los que vivimos la experiencia de ser estudiantes de arquitectura vamos a poder comprender esto.. No se trata solo de materias al pedo "gabi"
También sucede en CCEE. Yo me recibí hace añares y aprendí prácticamente lo esencial trabajando desde los 19 años. No hay que endiosar las carreras. Te dan las herramientas básicas y luego todo está en uno mismo.
comparto muchos de los conceptos expresados. podría incluso agregar más experiencias similares al "guiso sonoro". Me da la impresión de que los organizadores de guisos sonoros son una vergüenza y hay que decirlo con nombres y apellidos. estas hablando del curso opcinal del LEAC dictado por profesores del taller Danza, unos fantasmas enormes, como todo el humo que vende ese taller berreta.
abrazo.
Matias
sos capo valor.muy cierto todo esto y nos morimos de bronca pero no hay mucho que hacer. he ido a las discusiones sobre el nuevo plan y es boicot tras boicot. una farsa
Excelente Ali, muchos de nosotros pensamos de forma muy parecida a vos, y padecemos los mismos problemas. con el pasar de los años te das cuenta que el plan de estudios convierte al estudiante en un ente que solo tiene que cumplir con los creditos. es lamentable
sonás como un tipo conservador que no entiende los tiempos que corren... y que no valora el rol del proyecto en la carrera, eso es lo más grave
tampoco sos el primero que trabaja y estudia.
me sumo a tus conceptos y al de varios de los que comentaron antes, y al igual que nicolas me paro para aplaudir. obviamente hay muchos puntos más para abarcar, pero sería imposible incluir todo en un artículo único porque sería eterno, así que te propongo que escribas más sobre este tema que tanto nos interesó a tantos.
Saludos. Marcelo D.
Mucho de lo que dices es cierto. Soy (aún) estudiante de la farq generación 2005 y comprendo y comparto con gran parte de tu pensamiento. Pero no te olvides que ese razonamiento te lo forjó la misma facultad y fue, de alguna manera, la que te guío por tus gustos dentro de la arquitectura. Quizás uno de los mayores objetivos sea ese y no enseñarte todo. No me imagino que los mejores arquitectos sepan cómo controlar un revoque. Seguramente porque esa no sea su principal función o porque el concepto de mejor arquitecto no va de la mano de tu pensamiento. Tal vez esta no sea tu profesión y la inercia hizo que siguieras estudiando algo porque "ya estabas en el baile", no se. Hay muchas cosas para cambiar, pero si verdaderamente nos importa cambiarlas, hay que saber que con estas letras no lo vamos a lograr. Si deseas cambiar, haz algo. De todas formas, te repito, muy buena reflexión. Arriba!
Estabamos leyendo esto, somos docentes de esta facultad y ciertamente estamos directamente involucrados. si parte de la juventud actual en vos representada realiza estos pensamientos, podemos afirmar que no todo está perdido.
Hola, soy una compañera de tu generación, aún estudiante también con mis 30 años. Comparto mucho de lo que decís por supuesto. Cuántas veces ha sido tema de conversación! donde nos juntemos estudiantes o arquitectos siempre se habla de esto. Lo que me pregunto es porqué no nos cuestionamos este tipo de cosas en los primeros años, cuando aún trabajando desde muy chica en un estudio (donde aprendí muchísimo, de dibujo y detalles, no de obra) iba muy contenta al taller danza a proyectar entre telas de colores y plazas de probetas de hormigón fallidas. Me parece que en nuestra formación, sobre todo al principio, están bien ese tipo de ejercicios más inspiradores y disparadores de "bolazos" para abrir un poco la cabeza de los futuros arquitectos. El problema (me parece) es más bien temporal. Porqué estamos haciendo las opcionales de guiso sonoro junto con pibes de la generación 2011, si las deberíamos de haber hecho por el año 2008? Creo que nuestra generación y sus vecinas han sido víctimas del espantoso plan 2002. Pasó la aplanadora del cambio tecnológico y seguíamos llevando la tabla a medios, y manejándonos como podíamos los que no podíamos hacer el curso en academia privada. Nos fuimos enseñando unos a otros, autodidactas siempre por no poder cursar las materias. No creo que el problema real sea falta de práctica en obra, aunque estaría buenísimo tener más herramientas en él área. En EL VIAJE no visitamos una sola obra en construcción y sin embargo fue (seguramente) la experiencia más enriquecedora que supimos tener en nuestra formación... Ahora, a 6 meses de entregar la carpeta, estoy aprendiendo los controles que hay que hacer en obra y defendiendo la monografía de practicantado (que también es un bolazo!) y por fin voy a poder tirarme al estanque cuando las carpas duerman :)
Ahhh!!! Noooo!!! Me queda una opcionaaaaal!!! :[
mejor dicho imposible che aunque hay varios otros puntos que contribuyem a las asimetrias de las que hablas. es muy triste nuestra realidad.
saludos. JP
buen articulo gente, hace tiempo no los leia. estoy muy ajeno a la realidad de la udelar, por eso es interesante leer esto. interesante, y lamentable.
Jp de Roma
excelente
que tengamos diseño en los talleres está bien, pero que esté tan descolgado de la parte técnica es lo que no está bien. tenemos muchas materias al pedo, eso es verdad, y sabemos muy poco de lo que terminaremos haciendo realmente en el mercado. que sepamos diseñar está bien, pero que seamos unos quesos como arquitecto director de obra es lo lamentable.
muy buen articulo
Soy del 2009. Trabajo 10 horas. No me da el tiempo para la facu metiendole a full y encima tengo que hacer materias pedorras. Y nada mas ni nada menos en medios 4 gracias al querido profesor tengo que entrar mas temprano a trabajar porq si llego un poco tarde a clase me pone la falta sin importarle que trabajo, porque lamentablemente el horario nocturno empieza a las 6. Me tienen podrida los horarios de facultad. Me dio a entender que si trabajo me joda que la facultad esta hecha para gente que no trabaja. Con palabras mas educadas pero ese fue su planteo.
TREMENDO!seguro va a salir algun alcahuete de scheps o algun mamotreto de esos que trabaja de docente en la facultad diciendo que está todo mal lo que decis y que hay que dedicarle mucho más a las pavadas que enseñan, pero la realidad está en tus palabras. está bien que sepamos diseñar, pero si solo vamos a saber eso, entonce hagamos un curso de 2 años de diseño.
Raul
Creo que esto ilustra brillantemente tus pensamientos sobre nuestra carrera, cada vez más patética:
http://www.elobservador.com.uy/el-postre-inspirado-la-arquitectura-uruguaya-n684831
así es en facultad, y este señor es uno de los responsables de la venta eterna de humo en la facultad y la formación de imbéciles que no entienden nada de nada, y se llaman arquitectos
buenisimo. me siento totalmente identificado y soy uno de esos que saben hacer exquisitos renders como decis vos y que no tienen una puta idea de como controlar un revoque. a tal punto que estoy cursando practicantado y recien estoy empezando a aprender algo de obra, ya por recibirme. tristisimo. CM.
aplaudo de pie. tremendo articulo. habria que publicarlo en facultad
necesitamos más reflexiones críticas como estas. me alegra como docente saber que hay estudiantes que se dan cuenta de lo que está mal en esta facultad que apunta más a la venta de una imagen falsa más que la formación real de los profesionales responsables de la conformación de la arquitectura nacional.
Saludos.
MA
muy interesante artículo. comparto plenamente, ya como profesional desde hace algunos años. está bien aprender a proyectar, saber de los conceptos, es fundamental. sin embargo tanto para el proyectista como el director de obra es fundamental conocer la realidad material de lo que se diseña y se construye, por lo que el excesivo alcance abstracto de la formación de esta facultad atenta gravemente contra los objetivos centrales de un arquitecto.
muy real lo que describe.
mucha verdad. me recibi hace algunos años y lo peor es que hace un tiempo comentandole a una colega sobre estos y otros problemas de la facultad me decía que mejor que siguiera así, para disminuir la competencia. mente chicata y mediocre la del uruguayo
muy bueno gurises. hay de todo en facultad. hay buenas opcionales, buenas materias y buenos docentes, pero todo lo dicho aqui es real. se pierde mucho tiempo en mucha porqueria sin sentido y no se enfatizan cosas que deberían ser promordiales.
feliz año!
Matias.
triste pero real. muy acertado articulo
por fin cantan la justa loco. está llena de farsantes esta facultad y son todos unos vende humo
comparto absolutamente tu sentir!! amo esta facultad, me recibí hace una año, en un taller que da pena...(berio)me corregían cosas insignificante en lugar de darme cátedra de estructura y los demás acondicionamientos...están pa figurar como en le mayoría!! y si no fuera por los de afuera (arquitectos y albañiles) que te explican en obra las cuestiones no sabría nada... yo dudo que cambie la cosa...cada vez esta peor..los que aun están estudiando tiene que pelear por eso!!!
se necesita mas practica mas mas!!!a los recién recibidos no nos respetan mucho pq saben que no sabemos nada!!! una verdadera pena pq después de estudiar como 13 años ahí... salimos con pocos conocimientos!!! pero que no decaiga!!! es tiempo de un gran cambio!!!
El final de tus palabras te lo seguiras preguntando al otro dia de visitar las carpas en el estanque porque si tu no lo investigas. La facultad no te lo emseña. no te enseña lo que la vida pide o exige a tu profesion. Yo entré en el 1999 con plan 52` dibujando entregas a mano y ayornandome a las nuevas generaciones pudiendo tener una compu en 2004 para que no me reprueben una entrga de taller por eatar ser mano como me pasó. Me recibi teniendo hormigon que es fundamental y lindisima materia. Trabajando de 7 a 9 hs y mas por dia y demorando 14 años en salir de ahi debido a pasar años esperando quedar reglamentada. Tuve que ir a la Iec y a obras honorariamente para poder aprender que hay que ver!! La facultad no te enseña nada de la burocracia de los papeleos que tenes que hacer despues. Aprendi Autocad porque te exigen presentarlo asi en las intendencias. Y sabes que...no se hacer un tal de render...no...pero le hago un croquies en 5 minutos a los propietarios y quedan encantados. Cada vez saldran mas mediocres Arquitect@s diseñadores. Si cada uno no busca su beta y aprender por las suyas si es lo que les gusta, sino tildaran a todos en la misma bolsa para mantener las estadisticas internacionales
Compartimos la misma gen y los mismos pensamientos. Cuanta verdad en tus palabras y eso me apena.
La necesidad de un cambio de plan era lógico pero ya vemos que muchos problemas de nuestro plan, al contrario de solucionarlos, se van a agravar.
Pero no puedo hacer ningún reproche ya que nunca participé en ningún debate en el armado del plan, siempre hice quejas pero nunca acciones y eso obviamente no sirve para cambiar las cosas.
Ahora sólo nos queda aprender del día a día como profesionales y rezando para tener suerte de conseguir trabajo. Otra lucha que sí la tendremos por muchos años, unos poquitos más de 14 diría yo, y haciendo malabares para pagar la caja y el fondo derivado de una educación gratuita. Pero eso da para unos cuantos debates bien entretenidos como la carrera misma.
Saludos y suerte a todos lo que elegimos y pese a todo volveríamos a elegir ser estudiantes universitarios.
Cecilia González.
Gen 2008 por acá! Recuerdo con ilusión la primer vez que fui a bedelias a concretar mi inscripción y ver que tenía construcción 1 en primero... para que después me dijeran que la tenía que dar libre porque me atrasaba. Y así con todo lo relativo a construcción, ahora por el cambio de plan espero no perderme Hormigón o est 4 como la conocemos en el plan 2002. Realmente re contra identificada con todo lo que decís, no tenes una notebook y te miran con cara rara... demoras en hacer la carrera porque laburas y tmb, igual me alegro en que no es la mayoría o lo quiero pensar así. Saludos!!
Nos estamos llenando como país de personas con título pero sin contenido. En esta y otras áreas. Excelente entrada del blog.
Creo que tampoco se toma en cuenta el costo de las cosas. Siempre se usa el mejor papel. La maqueta con los materiales mas bonitos. Y eso solo deja afuera a muchos que no lo pueden costear.
Creo que se le dedica demasiado tiempo a pavadas. Que hablar de las normativas lo toman como algo aburrido. Y es lo que importa a la hora de trabajar.
No salis sabiendo hacer un cálculo de acústico ni un diseño de seguridad contra incendio. Porque ademas muchos profesores no lo quieren.
Que suprimieran la materia "hormigón" ( no la pude cursar soy plan 2002 ya recibida). Parece ser un disparate.
Materias demasiado pelotudas te llevan demasiado tiempo.
Creo que la facultad debería hacer mas incapié en ser mas técnica que importe lo práctico. No solo el bla bla del vende humo.
Una vez en taller propusieron hacer una plaza en un barrio humilde de montevideo. Que la plaza sea en la azotea de los vecinos. Fui a la única que le pareció uba falta de respeto (claro porque no iba a ser en la casa de ellos). Ahi me rendí....
Intento ser lo mejor que puedo con las herramientas que tengo. Y me permito discrepar de lo establecido por la facultad, como cuando te dicen que si haces trámites entonces no sos arq. Y estan equivocados. No todos somos ott, pero debemos pelear por una carrera mejor.
La Universidad es una institución de estudios terciarios que trasmite conocimientos, técnicas y valores, en distintas formas. No "enseña",como lo haría una escuela técnica , sino que despliega el escenario y los instrumentos pedagógicos y didácticos para que el conocimiento se genere. El sujeto aprende,de acuerdo a sus propios intereses, en un proceso personal e intransferible y no porque alguien le recite lo que debe saber. Las Facultades no "brindan conocimientos" como algo "objetivo" que se pasa de docente a alumno, sino que pretenden formar las mentes capaces de investigar y dar respuesta a problemas variados que serán siempre un desafío para el profesional egresado. Se aprende en un proceso de enseñanza aprendizaje donde el estudiante genera sus personales herramientas de indagación que le acompañarán más allá de la culminación de sus estudios curriculares. Más que aprender a resolver un problema dado en el aula, el estudiante debería aprender a seguir buscando soluciones frente a problemas nuevos.Aprender a "pensar" para poder seguir aprendiendo siempre, es el desafío. Las técnicas del hormigón y el revoque se encuentran como información en cualquier manual.Tecnicas, materiales y procedimientos varían en el tiempo, y requieren una informacion actualizada que el egresado permanentemente debería saber buscar.
Ahora que hablás de esa opcional de intervenciones, de seguro es la misma que cursé. Fue todo tan loco, por un momento me encontré atado a un poste en ciudadela con una cinta amarilla a las 6 de la tarde preguntándome que hacía ahí en vez de estar aprendiendo algo para la vida profesional, lo único que me dejó de enseñanza esa materia fue conocer gente de otras facultades y sociabilizar, porque fue una perdida total de tiempo. Toda la carrera escuchando lo mismo "eso lo hace un ingeniero, eso lo hace un sanitario, eso lo hace un electricista" y así se me han pasado los años sin aprender nada. He aprendido mas fuera de facultad que en las mismas clases. 10 años estudiando materias teóricas para visitar por primera vez una obra y entender algo de lo que había leído en libros. Espero que las nuevas generaciones, con el nuevo plan no tengan que pasar por lo mismo y aprendan algo, aunque veo gente a punto de recibirse, que hizo la carrera en 5 años y no saben cosas básicas porque nadie se las enseñó y no tienen interés en aprenderlas, ahí los tenés mirando el reloj para irse lo mas pronto posible o revisando el wathsapp en los talleres mientras otros corrigen sus proyectos.
Alejandro G.
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