No, no es que este texto sea en francés. Está bien que los
galos se hayan consagrado campeones del mundo y todos estemos emocionados porque
Antoine se haya cubierto con la bandera uruguaya durante la conferencia de
prensa, pero a tanto no llegamos.
Al principio fue hasta divertido pretender leer frases como
la siguiente, sin parecer una persona con claras dificultades en el habla: lxs compañerxs de nuestrx grupx son todxs
igualxs. Ya más adelante comenzó a ser hasta molesto.
No cabe ninguna duda que el lenguaje, así como la
vestimenta, la gastronomía o el arte son expresiones que forman las entrañas de
una cultura. Que el poder de la palabra es insustituible en la construcción de
los ideales de una sociedad, es algo irrefutable. Que el lenguaje se transforma
con el paso del tiempo tampoco es un secreto, pues la asimilación de vocablos
que expresan un cierto significado para ciertos pueblos forma parte del
enriquecimiento de cualquier idioma, en sus diversas expresiones a lo largo y
ancho de los pueblos que lo hablan. Quizás los casos del español y el
castellano sean de los mejores ejemplos de esto. Pero posiblemente uno de los motivos por los
cuales el autodenominado lenguaje inclusivo le rechine tanto a aquellos que
tienen cierto aprecio por el idioma castellano y sus reglas gramaticales, sea
el ímpetu con el que sus propulsores pretenden instalarlo a la fuerza, y los
argumentos esgrimidos con tal fin.
Uno de los puntos flacos de esta nueva tendencia surge de
confundir "género masculino" o "género femenino" en la
gramática con "macho" y "hembra" en el sexo de las personas,
los animales o las plantas. Vamos por ahora a no meternos con el reino de los
fungi. Este concepto tan básico – el de
los géneros, no el de los fungi – se ridiculiza
al pensar por ejemplo en que un cepillo de dientes puede tender a representar a
un varón por el mero hecho de que su artículo definido es “el”, y que con la misma analogía quizás la pasta de dientes
represente a una mujer por su artículo definido “la”. Entonces habría que analizar si el hecho de esparcir la pasta
de dientes sobre el cepillo podría representar el dominio de la mujer en la
sociedad sobre el varón, o si por el contrario la fuerza con la que las cerdas
del cepillo (que paradójicamente son femeninas) oprimen a la pasta (mujer)
contra los dientes (varones) de un individuo son una flagrante violación de los
derechos de la mujer y una clara demostración de su opresión en esta sociedad patriarcal.
No pretendamos averiguar qué sucedería si substituimos la pasta dental por el
dentífrico, ahí tendríamos serios problemas para saber qué género somete a
cual.
Si a usted le pareció una analogía totalmente absurda, sepa
entender que esta ridícula parábola que se me acaba de ocurrir, donde
intervienen tantos elementos gramaticalmente definidos como femeninos (pasta de
dientes, cerdas, fuerza) así como otros masculinos (cepillo, dientes) no es más
que un fiel reflejo del sostén de los argumentos básicos del lenguaje
inclusivo, que dicho sea de paso ahora se ha pasado a llamar incluyente para
evitar el adjetivo en su forma masculina.
Según como yo lo veo, el énfasis de la substitución de las
palabras no es más que una lamentable e innecesaria artimaña del feminismo
radical para pretender mostrar "más justa" una lucha que no precisa
de tal herramienta, pues sus motivos son mucho más justos de lo que pretende
aparentar con el juego de palabras. La pelea por la tergiversación del idioma
no es más que la pérdida del foco en una lucha noble que no precisa de esta
ridiculización del movimiento femenino.
¿Acaso decir "las personas" es una muestra del
poder de la vagina sobre el pene? ¿Deberíamos decir las personas y los personos
para asegurarnos de que estamos incluyendo tanto a hombres como a mujeres? No,
claro, deberíamos inventar una nueva palabra que los englobe a todos, entonces
utilicemos les persones. Y en ese sentido, aquellos que proclaman este lenguaje inventado como "inclusivo", en verdad no hacen otra cosa que caer en constantes contradicciones, pues no solo convierten aquello que termina en "o" en una "e", sino que aquello que no tiene género y paradójicamente termina con la letra "e", se deforma y le otorgan un género sumándole una variante con la "a", asumiendo erróneamente que la palabra que finaliza en "e" representa al género masculino. Ejemplo: Estudiante vs Estudianta. Pero no queda solo ahí. En teoría las deformaciones aplican a las personas, pero luego se supone que el cuerpo femenino pasa a ser "la cuerpa".
Utilizar la inexistente palabra "persones", "cuerpa" o "presidenta" no
hace más equitativo el lenguaje ni la sociedad, simplemente es una deformación
absurda de lo primero.
Asimismo, igual de absurdo es pretender eliminar las empanadas del listado culinario del rio de la plata por considerar que atenta contra la equidad entre hombres y mujeres, ya que en el lunfardo rioplatense la empanada puede hacer alusión al aparato reproductor femenino. De la misma manera, que manden destruir todas las copias del David de Miguel Angel con el pretexto de que su pequeño pene y su desproporcionada cabeza y manos atentan contra el autoestima de los varones del mundo también carece de sentido.
Asimismo, igual de absurdo es pretender eliminar las empanadas del listado culinario del rio de la plata por considerar que atenta contra la equidad entre hombres y mujeres, ya que en el lunfardo rioplatense la empanada puede hacer alusión al aparato reproductor femenino. De la misma manera, que manden destruir todas las copias del David de Miguel Angel con el pretexto de que su pequeño pene y su desproporcionada cabeza y manos atentan contra el autoestima de los varones del mundo también carece de sentido.
Pretender llevar una lucha hasta cualquier extremo, aun
cuando éstos extremos carezcan de relevancia o fundamento no hace más que
debilitar el movimiento que sustenta dicha lucha, distraer el foco de la lucha
real, genuina, valida y valiente que se lleva adelante desde hace mucho tiempo
por mujeres y hombres en distintas partes del mundo.
La Tierra no va a ser más equitativa porque le digamos Le
Tierre. De la misma manera, si bien no es necesario, tampoco es incorrecto
decir “los amigos y las amigas” pues ambos términos existen en nuestro idioma y
su uso es más que válido. El problema es cuando el afán por llevar lo absurdo
hasta el límite llega al punto de inventar palabras. En este sentido, hace unos años, mientras
dábamos una presentación de fin de curso en un grupo interdisciplinar de
estudiantes de arquitectura y ciencias sociales, escuché a un compañero decir "la experiencia fue muy enriquecedora
porque tuvimos la posibilidad de reunimos con los miembros y las miembras de la
cooperativa...". Sí, esto ocurrió en un ámbito académico, en la
Universidad de la República. Debo decir que nuestro amigo Mariano Cloos estaría
muy orgulloso de mi compañero de grupo.
Sin pretender entrar en un análisis riguroso del lenguaje,
lo cual claramente escapa al cometido de esta verborragia, podemos ver el caso
de un idioma muy lejano a nuestro querido castellano. El idioma persa por ejemplo, carece de
artículos definidos, por lo que ningún sustantivo tiene género. Esto, más allá
de complejizar el aprendizaje de los idiomas provenientes del latín para los
iraníes, quienes constantemente hablarán de el
ventana, la almacén, la lavarropas o el gotito, no ha tenido ningún efecto
en la mayor o menor equidad que la sociedad iraní pueda haber tenido con
respecto a aquellas donde se habla el castellano. ¿Acaso alguna de estas chicas
con su costado izquierdo de la cabeza rapado podría afirmar que las mujeres
iraníes viven en una sociedad más equitativa que la uruguaya? Claro, esto al
menos durante los últimos milenios, pues no me atrevería a vaticinar lo que
pueda ocurrir de aquí en más. Quizás a los hombres iraníes
se les ocurra crear un movimiento para que el idioma persa pase a adoptar el
femenino y masculino del castellano para así tener más herramientas para
oprimir a la mujer.
Algo similar ocurre con el inglés, donde el artículo “the” carece totalmente de un género,
¿pero acaso alguno de los defensores de esta nueva tendencia castellana puede
defender que en los países anglosajones existe más equidad de género porque the winter
es más equitativo que el Invierno?
En definitiva, para los que hablan persa o inglés,
la heladera, la mesa, el sillón o un calefón, carecen totalmente de una
asociación al género masculino o femenino, y esto no cambia en absoluto la
naturaleza de dichos elementos ni su concepción social. Una heladera en Irán
cumple las mismas funciones que en Uruguay, y la relación que los individuos
puedan llegar a tener con tal elemento es exactamente la misma a pesar de los
kilómetros de distancia y las interminables asimetrías culturales entre ambas
naciones.
Este nuevo ejemplo burdo, sirve simplemente para subrayar
el hecho de que la presencia de los artículos definidos el, la, los, las en el idioma español, es una herramienta
gramatical, sencilla y llanamente eso, y nada más que eso; y como se mencionó
anteriormente, la mayor o menor igualdad de género que pueda haber entre los
países que hablan el castellano y otros como Irán, están lejos, lejísimos de
pasar por la existencia de géneros en el campo gramatical.
Quizás el motivo de esta reciente oleada de la substitución
de las a y las o por @, X y E pase por una simple moda, como ocurre en tantos otros campos de la
vida, en esa búsqueda empedernida del pelo al huevo, la quinta pata al gato, o
simplemente esa búsqueda de innovar para trascender. Quizás sea una tendencia
más de esta nueva era cibernética, donde todo toma mayor ímpetu y se escabulle
en los hábitos de muchos porque da la impresión de progreso, avance o
vanguardia en la nueva mentalidad. Visto así, que este nuevo modismo tenga su
campo fértil en la adolescencia no parece ser alarmante, incluso puede sonar
simpático e intrínseco al adolescente, siempre y cuando sea el reflejo de una
actitud fresca de las generaciones más jóvenes. Hasta ahí estamos bien, al
igual que nadie se alarmaría de que se utilice el término “me cabe” en la
cotidianeidad, pero de ahí a pretender que los libros pasen a describir que
Artigas le dijo “me cabe” a Alsina mientras aceptaba un mate, hay un largo
trecho. Lo preocupante quizás es cuando
este tipo de aberraciones gramaticales se perciben en generaciones mayores, en un
público con un acceso a educación terciaria o peor aún, en profesionales y
aquellos que ofician de docentes en nuestros centros educativos. Más doloroso
aún es ver cómo gente respetada en el mundo literario o académico se hace eco
de esto, quizás con el mero objetivo de figurar como estandartes del movimiento
feminista y dejar constancia de su mentalidad más acorde a los días que corren
donde constantemente se está en busca de lo políticamente correcto, no lo sé.
Finalmente, pasa a ser preocupante
o hasta incluso triste cuando el lema del lenguaje inclusivo pretende ser el
estandarte de la lucha por los derechos igualitarios de hombres y mujeres,
siendo esta una lucha de una significancia superlativa, necesaria y urgente en la
mayoría de las culturas de este mundo, siendo esta una batalla que lleva mucho
más tiempo que esta ridícula moda de les
persones o lxs personxs que
seguramente poco entienden de la equidad entre hombres y mujeres, y focalizan
sus energías en pretender un lenguaje “inclusivo”.
Toda lucha social tiene sus comienzos
y un paulatino desarrollo además de bases sobre las cuales sostenerse, así como
diversos caminos para acercar a la sociedad a los cambios buscados. Elegir las
batallas es parte fundamental de la lucha, pues como lucha que es, buscará
desafiar cánones establecidos y arraigados en una sociedad determinada. El
éxito de la contienda a mi entender, está directamente vinculado con la
correcta elección de las batallas a librar y las formas. La lucha por la
equidad de género no es nueva. Lo que sí es nuevo es este camino – desviado a
mi entender – que entorpece los valores de fondo que siguen tan vigentes como
décadas atrás. Estar por tanto en contra de destrozar el idioma no es sinónimo
–ni está cerca de serlo – de oponerse a que mujeres y hombres tengan los mismos
derechos. Quien utiliza esto como fundamento, no hace más que enfatizar la falta
de solidez en sus argumentos, de la misma manera de quien cataloga de facho a
alguien que critique una gestión específica de un gobierno de izquierda, de
comunista a alguien que emite una opinión desfavorable sobre un gobierno de
derecha, o de antisemita a otro que no esté de acuerdo con las políticas del
Estado de Israel. Una cosa es una cosa,
y otra cosa es otra cosa diría un reconocido locutor deportivo radial.
La equidad en nuestras sociedades
es una necesidad latente. Mucho se ha hecho ya, y tanto otro resta por hacer.
Por este mismo motivo, declarar que yo me siento excluido de esta sociedad
porque la palabra que la representa tiene una acepción femenina no hace más que
desviar la atención de lo realmente importante hacia lo irrelevante.
6 comentarios:
tremendo. preparate para que te linchen en el mides. jajajajaja
Estoy de acuerdo con tu opinión.
La tendencia actual de distinguir el femenino del masculino en el lenguaje, en palabras en que por supuesto están incluidos ambos sexos, como forma de expresar igualdad de géneros, en realidad logra el efecto contrario. Resta importancia o hasta ridiculiza el verdadero objetivo: igualdad de derechos para ambos sexos.
Lo tomo más como pérdida del lenguaje y una distracción en el camino hacia los verdaderos logros.
Un sabio amigo dijo una vez: El día en que vaya a la rae para ver cómo tengo que hablar/interactuar, va a ser el día en que pierda como ser pensante.
A todos los que la citan como si fuera referencia de algo, una pegunta: ¿de verdad tanto pesa el viejo colonialismo en sus cabezas, que precisan que unos veteranos españoles les digan cómo tienen que comunicarse en el Uruguay de 2018?. Prefiero escuchar a los jóvenes que me gritan al lado. De corazón, están quedando como unes boludes
Un sabio amigo dijo una vez: El día en que vaya a la rae para ver cómo tengo que hablar/interactuar, va a ser el día en que pierda como ser pensante.
A todos los que la citan como si fuera referencia de algo, una pegunta: ¿de verdad tanto pesa el viejo colonialismo en sus cabezas, que precisan que unos veteranos españoles les digan cómo tienen que comunicarse en el Uruguay de 2018?. Prefiero escuchar a los jóvenes que me gritan al lado. De corazón, están quedando como unes boludes
Hay un artículo muy simple y elocuente de una profesora, y esta es una parte:
"En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales.
El participio activo del verbo atacar es "atacante";
el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente".
¿Cuál es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene identidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a éste la terminación "ente".
Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.
De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", no "residenta”."
La discusión sobre las formas de la lengua no me despiertan mucha pasión,... ni a favor ni en contra del lenguaje inclusivo – creo que nada podría chuparme mas un huevo -.
Mas allá de la RAE o de los grupúsculos que necesitan que la RAE les de pelota…cualquiera con un poco de lectura sobre historia (jeje si…a través de la lengua) reconocerá que los idiomas -como todas las cosas vivas- están sujetas a la transformación y luego moriran (curiosamente lo mismo sucede con los idiotas).
Dicho esto, me resulta más interesante ver como las los pequeños grupos radicalizados van imponiendo temas para discutir.
Lucha social dice Ali … y si… y ahora todo se transforma en una lucha social.
En este mundo donde nos hemos dedicado a criar millenials pusilánimes cualquier mariconada sirve para preocuparse y elegir un lado.
Hoy por que queremos que papa RAE nos acepte, o nos acepte el estado o el club de viejas descendientes de ingleses del balneario Solis.
Es lo mismo. La perpetua necesidad adolescente de querer pertenecer.
Problemas que un niño en África con hambre no tiene ni tampoco tiene una familia Siria que necesita huir.
Son issues dignos de nuestros tiempo y lugar dado que problemas reales no tenemos… aún…
Ahora …agarrate… Cuando venga una verdadera crisis apocalíptica a ver cual de estos vejigas - vejigos o vejiges - se salva. Y las crisis les llegan a todas las sociedades,… es solo cuestión de tiempo.
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