“[…] it might rely heavily on electronics, tapes, I can kind of envision maybe one person with a lot of machines, tapes, and electronics set up, singing or speaking and using machines.”
Jim Douglas
Morrison 1969.
Intro I
Otra vez,
en aeropuertos. En los lugares que no lo son.
Parafraseando al gran Ali Haghjou. Miles de personas van, vienen.
Algunos sin darse cuenta. Empacados en asientos, hoy, para seguramente no verse
nunca más.
En esta era,
como nunca antes, sumidos en nuestras tablets, fonos inteligentes, ajenos. Alejados
de esa proximidad forzada.
Esta vez,
en lo personal, es muy distinto y, sin embargo, se siente tan igual.
Paso por
controles, ridículos. Guardias que celosamente vigilan las entradas de una
Europa que se pregunta si debería cerrar sus fronteras a los millones de
refugiados que en una especie de ola, llega…tarde o temprano, como uno
prefiera, desde el plano histórico, pero, esperable. Tenía que suceder, el
efecto boomerang, la contramarcha que comenzó con las invasiones indoeuropeas.
El saqueo de imperios, colonialismo, neocons, globalización y demás mecanismos de
expansión económica agresiva, terrorista y terrorífica.
Entonces,
aparece la prensa. Imprime, colorea, divulga, informa, crea y desvía el foco de
la verdadera causa. Los nombra, les asigna nomenclaturas, salidas de cabezas
que querían comunicar y encontraron marketing, en un mercado que hace marketing
con la información.
Primera vez
en Europa, menos tirante que USA, menos águilas, menos paranoia. Esta vez en un
rol corporativo, legítimo, pero como siempre al mismo ritmo. Cinco ciudades,
cinco aeropuertos…24 horas. Mi cabeza no aceleraba a esta velocidad hace ya un
buen tiempo. Me hace bien, me hace mal. Encuentro que los años, de verdad,
desgastan.
En Paris,
salí a dar unas vueltas, es otoño. Nunca
antes en mi vida, vi una ciudad que en esa repugnante y putrefacta estación del
año, me regalara tanto deleite visual, latente en cada color, maravillosa, en
su atmosfera decadente, el aroma del aire, el sol, cobrizo, apenas tibio…con
razón.
Entonces,
otra vez entre aeropuertos. Percibiendo un clima duro, de memorias cortas, de
pueblos pidiendo a gritos mano dura, soluciones prontas y finales,
nacionalismo, marchas de orgullo y desprecio…veremos, donde nos lleva.
2 de
Noviembre 2015. En algún lugar del cielo entre Francia y Alemania.
***
Intro II
Cracovia 6
de noviembre 2015
Sentado en
el living de los departamentos ejecutivos en donde me alojo, tengo una visión
bastante limitada de mis alrededores. El clima tampoco invita a abrir las
ventanas y sentarse a respirar un aire que generalmente excede las medidas
permitidas de smog. Un cementerio de botellas de vino y vodka se apila en la
cocina…es una de las maneras para combatir este clima…el alcohol.
Cracovia es
una ciudad relativamente pequeña, encajada en la historia, respira historia.
Reciente, antigua y todo lo que queda en el medio. Guerras, ocupaciones,
guerras, sitios, guerras…horrores y un montón de iglesias, demasiadas…y más
guerras.
Toda esa
información se puede encontrar fácilmente, poniendo en el buscador “Cracovia”
Y me
encantaría explayarme otras 1000 palabras en dar una breve reseña pero me
parece de una inutilidad feroz. Supuestamente esta pieza seria de música
electrónica y de cómo, y esto no es noticia, se devoro a la mayoría de las
otras expresiones musicales en Europa en menos de 15 años.
Lamentablemente
en medio de la confección de esta historia, comenzaron a saltar y agregarse, al
principio, pequeñas instancias donde, si no me sorprendían, si me llamaban la
atención y, en cuestión de 2 semanas,
enormes manifestaciones, con un buen número de participantes, exaltando el
nacionalismo puro y la segregación en todas sus formas. Si, ellos mismos,
fascismo. En una urbe donde si uno hurga apenas un poco, aun encuentra
cicatrices, de guetos, heridas ahí frescas en el horizonte…y, sin remover
demasiado, la era soviética asoma en estructuras y mecánicas sociales
instauradas durante los últimos 40 años con generaciones que vivieron el
control de los soviets y sienten un profundo desprecio por todo lo que
represento para su país…Ahora, sus hijos, la generación que no experimento
directamente opresión ni ocupación de derecha o izquierda y fue criada con los
ecos de sus padres, aprendiendo, a través de memorias y recuentos, el retraso y
abandono en la cual Polonia estaba
sumida al final de la era comunista.
Esto va más
allá de defender o atacar distintas ideas político filosóficas, tan solo quiero
precisar qué, y para cualquiera que tenga un leve noción de historia es algo
sabido, esta nación ha sido violada, masacrada y sodomizada, por imperios,
republicas, gobiernos de diestros y siniestros y, en este momento de la
historia, el enemigo más inmediato y último en una larga lista, fue la
dominación roja. Por obvias razones, los seres humanos nos hacemos amigos de
los enemigos de nuestros enemigos…tan solo eso. No suelo explicar el porqué de mis
palabras, pero últimamente me encuentro con esta necesidad, por razones que aún
no son bien claras, incluso para mí mismo.
***
Wrocław 7
de noviembre 2015.
Yo quería
escribir sobre electrónica…
¡Bien!
Noche de electrónica en Wrocław, ciudad ubicada a unos 300 km de Cracovia, como
si nos quisiéramos acercar a la frontera con Alemania.
5 de los
Djs más influyentes tocan en el club Bau, centro de la cuidad, 3 de ellos
venían directamente desde Berlín, residentes en varios clubes de la ciudad, respetados
y conocidos en la movida.
Uno de
ellos, gran amigo, nos re encontraríamos
con la excusa de escribir una nota y los por menores de su proyecto musical.
Compañía de
autobuses, Polsky bus…por 70 Zloty (unos 17 dólares) ticket de ida y vuelta…
¡El idioma!
Algo que se me estaba escapando.
Por primera
vez en mi vida me encuentro en un lugar en donde no hablo la lengua del país en
que me encuentro. En el tema de comunicación no es tan grave, un 90 % de la
población (porcentaje que se me acaba de ocurrir y no tengo manera de validar)
habla inglés. El problema fundamental es la lectura y la interpretación de
señales varias…su alfabeto incluye algunos caracteres diferentes al
nuestro…frustración y complejo de inferioridad es lo que causa este revés…un
simple cartel que anuncia un desvió en el recorrido del tranvía, pasa
desapercibido y uno puede terminar en el lugar no deseado.
Tangentes,
como siempre, no puedo prometer que sea la última.
Llego a la
ciudad, relativamente más pequeña que Cracovia, se me ocurre un poco medieval,
no fue casi tocada por la segunda guerra y es un goce visual.
Un taxi me
lleva hasta el hotel, y ahí nos
re-encontramos con Fabio, abrazos, cuentos, risas, cena abundante en un
restaurante construido sobre una fortaleza del 1300 DC…o eso me dijeron.
Más risas y
cuentos, nos ponemos al día con nuestras vidas, o eso creemos. Las personas
tienden a creer que el tiempo tal como lo concebimos es una herramienta para
medir nuestra vida, no es necesario explicar lo equivocados que estamos.
9PM
caminando al club, empieza la noche…al tener el acceso con el grupo de DJs, mi
presencia me daba derecho para hacer lo
que prácticamente quisiera, open bar, VIP room y tantas etcéteras, como se
puedan elaborar.
Mucha
música, sustancias, alcoholes, cuerpos sacudiéndose al ritmo imparable…lo que
uno puede esperar…más coloquios en el VIP del VIP…un salón ubicado en el
corazón subterráneo de la estructura.
Personajes
varios, tatuajes de esvásticas en brazos que han visto luchas, mujeres de
cabeza rapada y acento gutural…algunos salpicados en los sillones, otros
bailando sobre la pequeña mesa de mármol en le centro de la habitación.
Una pendeja
de unos 20 y tantos, mitad de su cráneo sin pelo y mirada dura, me toma de la mano y señalando mi anillo de
calavera, grita, casi quebrándose la garganta: “Heil Hitlaaaa” Levanto mi ceja para corroborar de que tal vez no
se percató de mi color de piel, cabello e iris. Me mira entre sonriendo y
cuando trato de balbucear algo incoherente, otra sale de atrás y grita aún más
fuerte “Sieeegg Haaaaailll”
Entre
líneas de speed, cocaína y algún faso, la conversación se centra en la amenaza
de la inmigración, los musulmanes y, casi en un módulo informativo, me cuentan
sus razones y justificativos.
Previamente
preguntaron mis orígenes geográficos y étnicos…situación muy cómoda…Debo decir
que en mi calidad de invitado, la cordialidad de esta gente, fue increíble. Me
trataron como si fuera familia y guiaron en momentos de vacilación...comportamiento bastante desasociado si se me permite observar.
Retrocediendo
en el tiempo 3 días, en París, los diarios, publicaban titulares acerca del
problema de la inmigración en masa y, al dar vuelta por la ciudad, me cruce con
un grupo que pedía más control a la gente que en Caláis se le estaba dando
asilo…un hombre que observaba a los manifestantes pasar me miro y dijo: “Cuanta
violencia”
Sentado en
el bunker de un club 72 horas después de estos sucesos, solo puedo afirmar que
cuanto más al este de Europa nos movemos, estos sentimientos “patrióticos” se
incrementan exponencialmente.
Una mujer
que seguramente no pasaría de los 25 años, abogada de profesión y hasta el
momento un ser humano que parecía cumplir con los estándares de una persona
normal me mira y en un italiano un poco rustico me explica que “El problema de
la Polonia son todos estos negros que están llegando”
Esta vez ya
comienzo a sospechar y, con fundadas razones, de que esta gente, aparte de
desear fervientemente la creación de un 4to Reich, ha caído en la desgracia de
tener alguna especie de deficiencia para reconocer el color de la piel de
aquellos seres humanos que creen despreciar. Una especie de daltonismo agudo,
pero a la pigmentación oscura. Comienzo a sentir una pena profunda, ya que
debido a esta condición jamás lograran su cometido…y creo que son totalmente
ajenos a esto.
Me miro los
brazos y los pongo al lado de los de ella para que, aun sin yo marcarlo, se
diera cuenta que mi tonalidad es al menos 4 tonos por debajo de su rosa
blanquecino.
Me mira y
sonríe como si nada estuviera ocurriendo. Pobre gente…para ellos los negros son
un concepto abstracto…
Cruzo
miradas con Fabio que en ese momento está absorbiendo casi medio gramo de un
solo tiro…la tipa con la cabeza rapada se le para adelante y le grita su saludo
ario a todo pulmón. Al Dj le produce un pequeña carcajada justo cuanto inhala
la otra mitad del gramo, esta vez por su otro orificio nasal.
El
resultado es obvio, al toser en vez de aspirar, la coca, sale vaporizada por el
aire.
Le da un
acceso de toz fuerte…cuando se recupera toma de los hombros a la aria-dermo-daltonica
y con mucha fuerza le dice.
!Vattene a fare
in culo troia, zoccola, ladrona, deforme!
La sacude a
un costado y nos vamos otra vez al área comunal del boliche.
A unos
metros hay una discusión “in progress”, dos tipos argumentan porque uno de
ellos no es el alemán por excelencia, el modelo ario que Albert Speer cincelaba
en sus bosquejos…
-¡Yo soy
alemán! Tú quieres parecer un alemán.
-¡Mi
familia es de la buena Prusia! (No estoy seguro que es la buena Prusia…pero eso
es lo que dijo el increpado) ¿No parezco alemán para ti?
-No sé cómo
luce un alemán, pero definitivamente tú luces como alguien que desea serlo.
El
individuo al que su estatus teutón se veía amenazado, realmente, parecía salido
de una postal de las wehrmacht. Barboquejo angular, complexión atlética, cerca
del metro noventa. Pantalón recto, azul
con vivos rojos y zapatos de marina. Brazos completamente tatuados en un
carnaval de cruces y rayos.
Se levantó
del sillón donde estaba sentado en una
posición rígida y formal. Camino hasta una oficina cerró la puerta y salió,
unos minutos después, vestido en completo uniforme militar de la royal navy.
Alguien
susurro: Zarpa a Londres, su casa…
Estaba algo
paranoico y ahogado…no es bueno encerrarse en un ambiente cargado de racismo,
speed y humo de cigarrillo…hay quienes dicen que afecta el correcto
funcionamiento del corazón.
El último
pincha discos subió al booth y le dio a la gente que, a esa altura ya estaba en
un embotamiento mezclado con transe, una buena dosis de droga electrónica, como
diría el gran T. Mckenna.
Me deje
llevar por la gente de Suicide Circus…me subí a un parlante y le dije a mi
cuerpo siguiera las vibraciones de la caja en la cual estaba parado…total…para
esta gente yo era blanco.
Era hora de
irse, el sol tendría que haber salido, si el día no estuviera tan gris. Aún
tenía 3 horas de bus hasta Cracovia…la nota sobre esta corriente y su impacto
en el ambiente musical, se había ido por el caño…nada nuevo.
Cracovia 11
de noviembre 2015.
Día de la
independencia, banderas rojas y blancas por donde uno quiera.
Particularmente
el orgullo nacional es algo que me causa
un poco de repulsión, pero este pueblo va por la tercera reconstrucción de su
republica…en tantos años de historia…tres repúblicas, la última formada en el
año 1989, luego del derrocamiento de los soviéticos…joven república en un suelo
con más de 1000 años.
Cracovia,
viernes 13 de noviembre 2015
La pizzería,
cerca del Teatro Bagatela, hace tal vez, la mejor pizza de la ciudad, incluso mejor
que algunos lugares de Italia. La comida Polaca es buena, rica en grasas y
sabores fuertes, pero por un tema de sangre, siempre que voy a algún lado, hago
de las pizzerías tanas, una especie de cuartel general.
Puedo
sentarme a escribir, tomar, comer y quedarme sin que nadie prácticamente me
joda.
La noche
del viernes, estaba esperando que me trajeran la comida a la mesa, cuando el
partido de futbol, ese que parece jugarse siempre en las televisiones de estos
lugares, fue sustituido por BBC News.
Explosiones,
balaceras, masacres, bombas.
Los
atentados de Paris…otras ciudades…coordinación, implacable. Los medios saltando
relamiéndose la saliva, con la excusa de informarnos, alimentan nuestro morbo
de manera implacable.
No hay que
ser adivino para predecir las reacciones (en caso de duda, referirse a los
arios-dermo-daltónicos unos párrafos más arriba) Solo que esta vez, la
justificación tiene un sostén televisivo, mediático que, lamentablemente, para
el simio pobremente capacitado que somos, le da amparo y validez…”lo dice la
tele…se lee en los diarios.”
La pizza
DOC me la trae el pizzaiolo, un Napolitano con 22 vueltas al sol... ¡Guaglio!
Exclama cuando se sienta conmigo a compartir la mesa y procesa los eventos en
Paris.
Un
pizzaiolo de oficio, fuera de su país, como tantos otros, con conocimientos
varios. Ingenieros, psicólogos, arquitectos, desarrolladores de software,
analistas de sistemas…todos, fuera de sus países, cobijados en una Polonia que
los recibe por montones, les paga en moneda polaca y les salen baratísimos a
las multinacionales que lo emplean. Migración, invasión…”el problema de la
Polonia son todos estos negros” etc…
Cracovia,
Viernes 20 de Noviembre.
Me voy a la
terminal de ómnibus, en 8 horas, Berlín.
Salgo a la
calle, excitado, hay quienes me dicen que Berlín es el San Francisco de Europa.
Conozco
Sanfran, y no se lo que la gente quiere
transmitir con ese concepto de que la ciudad del santo patrono de los animales,
es un bastión de la libertad de expresión y demás estupideces que se dicen por
ahí. Es solo una ciudad con una comunidad gay importante…alguna vez, en un
momento de nuestra historia…Una ola quiso crecer y reventar…No fue
así…disculpen aquellos que han comprado y consumido literatura pseudo-hippie…es
solo otra remera del Che…
En fin, voy
a Berlín. Camino rumbo a la terminal y escucho unos ecos, particulares…lejanos,
pero a la vez su lejanía no es solo espacial…por alguna razón también lo es
temporal. Como si en realidad se escucharan a través del tiempo, en un
escenario que ya los escucho. Rugidos, inconfundibles…voces humanas que desde
algún lugar abierto retumban a través de las calles angostas de una ciudad que
no ha cambiado mucho estéticamente.
Me olvido
de la hora y comienzo a seguir los ecos…paso a través de la plaza central y se
escuchan más cercanos. ¡El instituto Goethe! Pienso, deben estar exhibiendo
alguna documental… ¿Pero tan alto ese volumen?
No, ahora
el rugido es más cercano…los veo, los reconozco. La mitad de la plaza está
repleta, de gente con banderas rojas y blancas, banderas con águilas.
Megáfonos, y ese discurso, esa cadencia para hablar. Esos gritos de la
multitud, a pesar de no entender nada, entiendo todo…que tristeza…
Nunca voy a
Berlín, pierdo el ómnibus, me mezclo entre los desaforados con esvásticas
tatuadas en sus cabezas…filmo…me mezclo…repito, no saben lo que es una persona
oscura, son incapaces…aun así, me causa una pena tremenda.
Paro de
filmar y me retiro por una de las calles oscuras, paro en una cervecería, me
siento, en la misma barra que algunos de los manifestantes que toman y ríen,
gritan, con sus banderas enrolladas en los mástiles.
No quieren
musulmanes, no quieren, negros ni latinos, inmigrantes…esa palabrota.
Polonia
para los polacos, Europa para los europeos…América y Monroe para los
americanos.
***
Dimitri, es
un muchacho que trabaja de limpiador en uno de los museos de la ciudad. Por
alguna razón nos encontramos siempre en el mismo boliche de mala muerte, donde
venden la medida de vodka a un zloty.
Este país tiene exceso de monedas, todos los cambios se dan en monedas,
putas monedas, las odio intrínsecamente. Rompen billeteras, bolsillos y
lanzadas a cierta velocidad, cabezas.
Pero aquí,
al menos, se les puede dar un uso coherente, racional.
Dimitri
decía…de los Balcanes, limpiador de museo…mano de obra no capacitada, 2600
zloty al mes…algo así como 600 o 700 dólares.
No quiere
ni va a estudiar, seguirá viviendo y bebiendo. Me cuenta cosas de su pueblo que
olvido a los 5 minutos…no es que no me interesen, pero mi cerebro no puede
mantener la tasa de mortalidad de sus neuronas a un ritmo acorde con su memoria
selectiva…lamentable, lo sé, pero no por eso menos cierto.
Sin
embargo, es una de sus reflexiones, de las tantas que tiramos victimas de
nuestro deseo ferviente de eliminar las inmundas monedas, la que se aloja en mi
memoria y le da un epitafio seguro a esta triste realidad de nazis y
nacionalistas que proliferan en esta parte de Europa.
Dimitri,
sin estudios, casi sin país, si es de los Balcanes, creo que lo dije más
arriba. Me dice cual es el verdadero problema de la Polonia y de toda la parte
este del continente.
-¿Polonia?
¿Quién mierda quiere venir a Polonia? Los que viene aquí como yo a limpiar y
lamer culos, somos un grupo reducido de cucarachas. La gran parte de ese minúsculo número que representan los
inmigrantes en este país (Según cifras oficiales al 2014 no llegan al 2%...esto
no lo dijo Dimitri.) son empleados de las multinacionales, europeos con
educación universitaria. Aquí se dan la vida de millonarios mientras en sus
países de origen estarían lamiendo culos como yo. (En este particular discrepo
con Dimitri, pero tengo por costumbre no discutir con compañeros de bar) ¡Los
Polacos no saben lo que es tener inmigración! Solo que este gobierno alienta a
las masas, como siempre. ¿Quién mierda quiere venir a Polonia?
Puede ser,
algo de lo que Dimitri dice, tiene sentido. Pero también es cierto, y aquí voy
a sonar como la mano derecha de Bormann, es que hay un orden establecido en las
instituciones, las calles están limpias y seguras, las manifestaciones se
llevan a cabo con un control policial acérrimo que reacciona ante cualquier
exceso con un profesionalismo espeluznante…da miedo, que esto sea un gobierno
conservador de derecha…muy derecha, y que cada 20 metros uno pase enfrente de
una iglesia y que el aborto no esté legalizado y… muchos otros y…
Entonces,
me doy cuenta que ya no sé qué pensar, y no soy de los que se pierde en
museos y tours guiados, me mezclo con
los borrachos, los adictos, las putas, los intelectuales, los laburantes, los
que no laburan…y me doy cuenta que en los lugares donde hay caos, la masa termina pidiendo palos, control,
rigidez y la tristeza es que, funciona.
En estos
lugares, se están pagando cuentas de años de abusos y saqueos, los continentes
“pobres” vuelcan a sus poblaciones en números que desestabilizan las economías
de países en vías de desarrollo. Florecen sentimientos nacionalistas y todo es
una amenaza contra un status quo que nunca tuvo una clara definición.
Los
entiendo, a unos y a otros, y me reprocho. Me doy cuenta que nosotros, la
gente, aquellos que se pueden llamar gente, igual que Europa, de vez en cuando
nos dejamos llevar por los nacionalismos los fascismos… los extremos. Qué pena
infinita… me voy a dormir, dejo atrás el boliche y sus fieles, que son los
mismos fieles que en todos los boliches. Individuos trastornados, cansados,
hastiados de las cuatro paredes. Algunos con compañía, otros conviviendo solo
con los muros. Podridos del olor a mierda que sale de nosotros mismos, esa
fragancia que se diluye cuando estamos juntos, apretados borrachos, dentro de
un boliche…
Mientras me
deprimo, caminando a 12 grados bajo cero, en la plaza me encuentro con un grupo
de gente, Tanos, conquistando el mundo, como solo ellos saben…
Estoy
cerrando esto, una crónica, un relato, cascada de palabras sin sentido. En un
avión de KLM con destino a Ámsterdam. Tengo como plan, eliminar en algún coffee
shop, las neuronas afectadas por estas reflexiones, por este viaje.
Estamos por
despegar, la azafata, le pide en ingles al pasajero de la butaca ubicada
enfrente a la mía que, por su seguridad, debe guardar su celular en el bolsillo
durante el despegue. El, un compatriota latinoamericano, la mira, levanta su
mano y con el índice en alto, mientras hace el símbolo de negación, le dice de
forma altanera y ruidosa. “No mami, en inglés no ¿entendes? A mí me hablas en
español o por señas.”
En mi
cabeza, aparte del deseo de reventarle el cráneo con un machete, vaciarlo y usarlo de pélela, mientras su
familia observa la escena; me vienen las palabras de aquella joven abogada en Wrocław…
“El
problema de la Polonia son todos estos negros…”
La música
electrónica era la verdadera razón de este relato, no tengo por qué mentirles.
7 comentarios:
Excelente. Particularmente me detuve en Cracovia y trate de imaginarme algo tan ajeno que por más que lo intenté no lo logre hacer, porque lamentablemente hay palabras que todavía me hacen doler la cabeza como ultra derecha, fascismo, ultranacionalismo, aunq entiendo que a lo largo de la historia son terminos que muchas veces surgen de entre guerras, cuando agarra a la población ya un tanto baqueteada, lamentablemente como ya dije, no logro ponerme en esas cabezas ultra derechistas, y por motivos ideológicos se me va a hacer difícil poder entender.
jugosa crónica, muy interesante. europa está jodida, así como lo están todos los continentes. el humano es intolerante por definición, solo que esa intolerancia se refleja de distintas maneras segun el contexto.
muy bueno
tan salado está europa? estamos jodidos loco.jodidos
excelente!
la parte del boliche es dantesca.
los videos muy buenos tambien, aunque dejan con ganas de mas
saludos
la eterna condicion humana: la intolerancia
europa se esta yendo a la mierda hace rato
muy buen relato!
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